Caritas Tonga: 'Hay cenizas por todas partes, el agua potable es la emergencia más inmediata'

Gracias a un teléfono satelital que enviaron al lugar, la red Caritas de Oceanía pudo restablecer las comunicaciones con los operadores en Tongatapu, aislados tras la erupción del volcán submarino. Confirmaron la muerte de tres personas, preocupación por los campos invadidos por el agua salada donde no se podrá sembrar durante meses. Se están distribuyendo en Tonga los kits para emergencias preparados por Caritas Nueva Zelanda.

Sidney (AsiaNews) - Más de una semana después de la erupción del volcán submarino en Tonga - con el posterior tsunami y la lluvia de cenizas del 15 de enero que causaron enormes daños en este archipiélago de Oceanía - Caritas Tonga pudo comunicar a sus socios de Oceanía las primeras noticias directas sobre la situación.

El barco que partió de Papua Nueva Guinea todavía no ha podido llegar al lugar para comenzar los complejos trabajos de reparación del cable submarino que se usa habitualmente para las comunicaciones, pero se ha reactivado una red satelital para las comunicaciones más urgentes. Eso permitió a la red Caritas de Oceanía tener una imagen más precisa de la situación. Al mismo tiempo, se ha despejado la pista del aeropuerto, lo que permitió que aterrizaran los primeros vuelos con ayuda internacional.

Cuenta Dan Skehan, de Caritas Australia: “Caritas Nueva Zelanda puso a disposición un teléfono satelital que el ejército de Nueva Zelanda se encargó de llevar hasta el lugar. Gracias a ello, el Catholic Relief Service pudo restablecer el contacto con Caritas Tonga. Los operadores locales de Tongatapu han confirmado que hay cenizas por todas partes, las líneas eléctricas no son estables y no hay comunicación con las otras islas en alta mar".

Desde Tongatapu también confirmaron que hasta el momento las víctimas son tres. En este momento la primera prioridad sigue siendo restablecer el contacto con las otras islas, junto con la emergencia por el agua potable, porque los daños en la red de agua han dejado sin servicio por lo menos a 50 mil personas. La gente -cuentan desde Tongatapu- está bebiendo sólo agua embotellada, pero las reservas no podrán durar mucho. También hay preocupación por el abastecimiento de alimentos, porque en las zonas más afectadas los campos y cultivos han quedado destruidos y la contaminación del suelo debido al agua salada hará imposible sembrar durante los próximos tres meses por lo menos. Se teme incluso que el pesacado también haya quedado contaminado por la erupción y por eso comienzan a escasear los alimentos en los comercios.

Caritas Tonga -dice un informe publicado por Caritas Internationalis, que comenzó una campaña de recaudación de fondos- tenía algunas reservas de productos de primera necesidad proporcionados por Caritas Nueva Zelanda para posibles emergencias y que están siendo una ayuda importante para una realidad aislada en el corazón de el océano. Una de ellas es un sistema de purificación de agua, bidones, cubos, y kits de higiene; los operadores los están distribuyendo en los pueblos de la costa más afectados por las olas del tsunami. Sobre todo cinco comunidades sufrieron graves daños en sus viviendas, con 32 casas completamente destruidas y otras 72 seriamente afectadas .

Para las intervenciones de emergencia -coordinadas por Cáritas de Nueva Zelanda- los organismos eclesiales de la región y el Catholic Relief Service ya han destinado más de 18 mil euros. Pero también será necesario restablecer las reservas de materiales esenciales, que son extremadamente importantes en una zona remota como Tonga.