Caritas Tailandia, una casa para 120 mil refugiados birmanos
Roma (AsiaNews)- Caritas en Tailandia “dirige 9 campos prófugos en la frontera occidental del país, de norte a sur. Viven unos 120 mil refugiados de Myanmar, sobre todo de etnia Karen. Nosotros los preparamos para la vuelta a casa, si bien no sabemos cuándo esto será”. Lo cuenta a AsiaNews, Jirawat Chenpasuk, “coordinador de programas” de la Caritas thai. Presente en Roma para la XX Asamblea general de la organización.
Los Karen son la minoría étnica más numerosa en Myanmar (5 millones, casi el 10% de la población) y huyen de un pasado de feroz persecución del conflicto con el poder central, con guerras y guerrillas que duran de hace casi 60 años.
Jirawat explica también otros aspectos del trabajo de ellos: “Estamos activos en diversos sectores: ayuda a los refugiados, apoyo a las comunidades campesinas, la lucha contra el tráfico humano y el trabajo forzado (como los pescadores reducidos en esclavitud)”. “El gobierno nos ayuda: por Constitución el rey es dueño de todas las religiones, sin distinción. Cada mes-dice el colaborador- nos encontramos con los líderes de las otras religiones para discutir los problemas del país”.
Entre las actividades principales de Caritas está la “distribución de medicamentos y la asistencia sanitaria en los pueblos remotos del norte, en las montañas. Visitamos los pueblos cada 2 meses-nos cuenta Jirawat- acompañados por sacerdotes. Junto a la instrucción sanitaria, también damos clases de catecismo. Tenemos una pastoral social, visto que allá no hay ni curas ni parroquias”.
No obstante esto, “nuestro obispo nos recuerda siempre que nuestro trabajo no está finalizado a la conversión de la gente. Debemos explicar que este es el trabajo de la Iglesia y que nosotros hacemos esto por amor a Jesús, luego si alguno quiere convertirse es una elección suya personal”. “Lo más importante-afirma el colaborador- es que nosotros encontramos la vida de las personas, no sólo para darles ayudas materiales”.
En Tailandia, la mayor parte de la población es pobre-más o menos el 30% vive con menos de 4 dólares por día-y está compuesta por pequeños propietarios de tierras. “Estas personas están de rodillas por las dificultades- nos cuenta el coordinador Caritas- por el cambio climático y por las grandes compañías que los quieren echar de sus tierras u obligarlos a cultivar con químicos que destruyen el terreno y los hacen endeudarse”.
“Tenemos programas para ayudar a estas personas y organizamos encuentros en los cuales estos campesinos pueden encontrase con otros cultivadores que viven una experiencia diversa. Ellos comprenden sólo si ven”.
En el país el 98% de la población es budista, por esto “el diálogo interreligioso juega un rol fundamental en cada obra de Caritas. La religión cristiana es bien vista en Tailandia-cuenta el colaborador- gracias a los institutos educativos y sociales. Muchas iniciativas fueron fundadas por sacerdotes católicos hace siglos”. No obstante esto “probablemente debamos cambiar algo dentro de nuestro modo de evangelizar, porque con el pasar de los años los católicos no aumentan de número. El mes pasado se realizó el primer Sínodo de la Iglesia católica tailandesa. Es el inicio de un largo trabajo de reforma para nosotros”.