Caritas Líbano contra el tráfico de vidas humanas: ayuda y apoyo para reconstruir el futuro
El presidente, el p. Paul Karam fue uno de los 200 delegados de la Conferencia internacional sobre la trata, promovida por el Ministerio para el Servicio del desarrollo humano integral. El Líbano una de los principales destinos en Oriente Medio. La Ong católica abrió 5 centros, que trabajan en colaboración con el gobierno y las embajadas. La escolarización de los niños para favorecer la integración.
Beirut (AsiaNews) - Un compromiso “en primera línea” por las víctimas del tráfico de vidas humanas, sobre todo “mujeres y niños provenientes de Asia y África”, a los cuales es garantizada “ayuda material como comida y alojamiento, apoyo psicológico y formación” para reconstruir una identidad. Es cuanto reporta a AsiaNews el p. Paul Karam, presidente de Caritas Líbano, desde hace más de 7 años activo en la acogida de familias sirias que escapan de la guerra y en el apoyo, junto a operadores y voluntarios de la Ong católica, a las víctimas del tráfico de vidas humanas. El sacerdote volvió durante la noche al país de los cedros, después de haber participado en la conferencia internacional sobre la trata que se realizó en los días pasados en el Vaticano. “Un evento -explica- fundamental para compartir experiencias y para experimentar el trabajo en grupos de orientación pastoral diversa”.
Desde el 8 al 11 de abril la sesión migrantes y refugiados del Ministerio para el Servicio del desarrollo humano integral promovió una conferencia internacional sobre la trata de personas, que se concluyó con una audiencia privada con el Papa Francisco. Al evento se han adherido delegados de todo el mundo, entre los ellos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, coordinadores de proyectos y agentes pastorales, junto a representantes de Ong católicas y expertos en trata. Dirigiéndose a los más de 200 participantes, el pontífice condenó aquella que define la “mercantilización del otro” es un terrible “crimen contra la humanidad”, advirtiendo que “mucho queda todavía por hacer” contra un “flagelo profundo”.
Líbano es una de los principales destinos para el tráfico de vidas humanas, sobre todo mujeres. Las víctimas son a menudo utilizadas para trabajos domésticos en condiciones de esclavitud o terminan en las mallas de los explotadores de la prostitución. Entre éstas hay también mujeres provenientes de naciones de Europa oriental y de la vecina Siria.
El tráfico involucra también a menores que son igualmente utilizados en el mercado del sexo o para trabajos forzados en el sector de la metalurgia, de la construcción o de la agricultura. También existen diversos casos de mujeres de Sri Lanka, Filipinas o Etiopía que entran a Líbano con un permiso regular, pero terminan como víctimas de trabajos forzados después de secuestrarles el pasaporte, restricciones en sus desplazamientos, amenazas, violencias físicas y sexuales. En este contexto, el gobierno no realizó los pasos necesarios para satisfacer los estándares mínimos de lucha contra un fenómeno que involucra a centenares de personas cada año.
“En Líbano - cuenta el p. Paul- Caritas creó 6 centros dedicados a las víctimas de la trata de personas, víctimas de abuso o esclavitud. Son lugares construidos en diversos puntos del país, pero que preferimos mantener secretos por motivos de seguridad y para poder tutelar a las personas mismas”. Dentro se les ofrece ayuda y apoyo “psicológico y material”, con el objetivo de “ofrecerles un bagaje cultural, profesional.moral y ético” y “favorecer la vuelta a sus países de origen, en condiciones de total seguridad: éstas son aquellas que nosotros llamamos historias de éxito”.
“Para nosotros- prosigue el presidente Caritas- es importante que las personas puedan recuperar una plena confianza y autonomía”. Dentro de los próximos meses, a los 6 centros ya activos se unirá un nuevo polo dedicado a la recuperación “de los niños de la calle, explotados por la mafia para trabajo juvenil o víctimas de abuso con un fondo sexual”. En las estructuras operan psicólogos y educadores además de un equipo de abogados, para que “sigan las historias también desde un punto de vista procesal. En estos años - subraya- hemos ganado diversas causas, castigado a los autores de las violencias y garantizadas indemnizaciones”.
En este momento los centros “hospedan a unas 250 personas”, subraya el presidente Caritas y “obramos en pleno acuerdo con la dirigencia de la seguridad general de Líbano y las embajadas de las naciones de origen de las víctimas, desde África a Asia, de Irak a Siria, pasando por Filipinas”. Luego, tampoco faltan los niños “nacidos de mujeres que llegaron aquí embarazadas, a las cuales les habíamos dado acogida y reparo”. Justamente para los más pequeños inició un proyecto de escolarización que, hasta hoy, “permite a al menos a 145 niños poder asistir a la escuela primaria para poder estudiar y aprender, partiendo del estudio de la lengua árabe que es la base, el primer paso que hay que realizar para la integración”.
23/12/2015