Cardenal de Birmania: La Iglesia en Asia es una fuente de paz y de reconciliación entre las naciones
Bangkok (AsiaNews) - "La misión de la Iglesia" es ser una fuente de "reconciliación" y "construir la paz en el mundo de hoy". Una tarea aún más importante en Asia, el continente que alberga a 60% de la población mundial (4,5 millardos de personas) y donde es más fuerte, "la belleza de la diversidad, el dinamismo económico, la vitalidad de las diferentes culturas". Una tierra donde "cuenta la religión y tienen un papel", en la que "el islam, el budismo, el hinduismo, el confucianismo y el cristianismo se reúnen entre sí"; pero donde está claro al mismo tiempo la "fragilidad de la libertad" y más fuerte "el conflicto, la intolerancia, la confrontación y la inestabilidad". Esto fue subrayado por el cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon (Myanmar), participando en la conferencia internacional sobre "La paz y la reconciliación en el contexto de Asia"; evento, programado del 7 al 11 de abril en el centro pastoral de los Camilos en Bangkok (Tailandia), hay 43 delegados en representación de 14 países diferentes.
En su intervención en la conferencia, el primer cardenal en la historia del catolicismo birmano recuerda que "la raza, la religión y la política, ya sea solo o en combinación como un cóctel letal, son la base de muchos de los desafíos que enfrenta hoy" el continente asiático. Por ello, advierte, "nosotros, como Iglesia, tenemos que hacer frente a estos desafíos de nuestro tiempo y trabajar para resolver los conflictos que amenazan con destruir nuestras sociedades". "La paz y la reconciliación - añadió - son el corazón del Evangelio. La Iglesia hace mucho, pero sólo hay una cosa en el centro de su misión, y es ser una fuente de reconciliación "con Dios, con los demás y para la humanidad consigo misma.
La paz y la reconciliación, junto con la solidaridad por los cristianos perseguidos en el Medio Oriente, fueron el resto de los temas centrales del mensaje de Pasqua del card. Bo, relanzado con renovado vigor con motivo de su intervención en la conferencia en la tierra tailandesa. "Nuestro mensaje debe ser claro: la violencia, la discriminación y el odio no son soluciones. El extremismo sólo trae aún más extremismo", dijo el cardenal, según el cual "la mejor manera de prevenir la violencia y el conflicto es combatir "a la raíz" la intolerancia. La mejor manera para que cada uno de nosotros comparta nuestra fe a través de nuestras vidas, también el diálogo es tan esencial".
El Arzobispo de Yangon recuerda las muchas - y diferentes - almas que componen Asia: desde la península de Corea a Pakistán, desde la India a Bangladesh, de China a Vietnam a través de Laos, Myanmar, Malasia y muchos otros países incluso. Para esto es aún más importante el concepto del "respeto mutuo y la unidad en la diversidad", porque sólo de esta manera es posible "dejar atrás décadas de conflicto y guerra" sangrientos. En esta tarea, están en primer lugar a los católicos como elementos de "la reconciliación y la paz".
En cuanto a la paz, el cardenal - tomando prestado el ejemplo de Myanmar - recuerda que no es sólo "ausencia de guerra", porque a pesar de los acuerdos de paz y las negociaciones para un alto el fuego, los brotes de violencia y tensiones continúan renovándose. "La verdadera paz - alerta - sólo puede lograrse a través de un verdadero diálogo político, dando lugar a un acuerdo que sea respetuoso de los derechos humanos de todos". La paz se funda "en la verdad, no en mentiras" o "falsa propaganda". Se basa tanto en la justicia, que "no es la venganza", pero "la rendición de cuentas por los crímenes cometidos y el reconocimiento de la culpa" combinados con el "intento de reparar el daño".
Para el birmano cardinal es igualmente importante que se respeten las libertades fundamentales, incluida la libertad de pensamiento, de expresión, de conciencia, y - más importante - que la libertad religiosa "es tal vez la más preciosa" de todas ellas. "Ninguna sociedad - recuerda - realmente puede ser considerada democrática, libre y en paz a menos que respete - y honre - la diversidad de políticas, religiosas y raza, así como proteger los derechos humanos fundamentales de todos, sin distinción de raza, religión o género".
El Cardenal Bo cita como un ejemplo de convivencia y el diálogo un evento que se ha celebrado recientemente en Indonesia y promovido por Christian Solidarity Worldwide (CSW), que reunió a personalidades de diferentes religiones. Budistas, cristianos, ahmadíes, musulmanes se han reunido y discutido, orado y visitado los lugares de culto de otras religiones, promoviendo momentos de entendimiento mutuo y el intercambio cultural. De particular interés es la entrevista con un ex líder del extremista islámico, que abandonó la lucha fundamentalista mostrando a delegados de Indonesia y Myanmar que "un cambio de vida es posible". Por qué el diálogo no es suficiente "si no va acompañado de acciones concretas".
Sin embargo, refiere el cardenal, este esfuerzo hacia la paz y la reconciliación no es válido si no se acompaña de una trayectoria educativa que se forma en las instituciones. Debe respetar "la diversidad étnica y religiosa" que "debe ser incluida en el plan de estudios de la escuela". "La paz y la reconciliación - concluye el cardenal Bo - necesita del Estado de Derecho y el respeto a la ley. Las leyes que restringen las conversiones religiosas o matrimonios, las leyes que impiden la construcción de lugares de culto, las leyes que penalizan la blasfemia, estas son las leyes que impiden la verdadera paz y la reconciliación y siembran el conflicto, divisiones, resentimientos".
(Colaboró Shafique Khokhar)