Cardenal Vegliò: Para resolver la crisis de los migrantes invirtamos en los países pobres
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La emergencia de los inmigrantes que en las últimas semanas une Europa y Asia "es ante todo un problema político que no se puede responder sólo con el sector del voluntariado, que es mucho y es en su mayoría católica, sino pensando en la acción local para ayudar a los países de donde provienen estas personas en busca de ayuda". Lo dijo a AsiaNews el card. Antonio Maria Vegliò, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes.
Hace dos días, el Consejo de la Unión Europea ha dado luz verde a la misión naval contra el racket de contrabandistas en el Mediterráneo. El plan - que espera el sí definitivo de la ONU - implica el uso de buques y de aviones de reconocimiento europeo que se enviarán a lo largo de Libia, con el objetivo de apoderarse de los barcos y poner a salvo a los migrantes y refugiados. Estos luego serán "distribuidos" en los países europeos, según un sistema de cuotas aún por determinar, pero que ya ha despertado la preocupación - y retrocesos aparentes - de muchas naciones.
El cardenal admite que encontrar una solución a esta crisis "es muy difícil", pero es valioso tener en cuenta que "a diferencia de hace unas semanas, el Gobierno italiano ya no está totalmente solo y en su lugar se logró traer por lo menos parte del problema a la atención de Europa y las Naciones Unidas".
"Por supuesto que es – subraya el presidente del ministerio pontificio - que por el momento los resultados son muy decepcionantes. La idea que la mayoría oye son 'bombardeemos los barcos", "devolvámoslos al mar ","pavimentan los campos con bulldozers', pero no es así como se abordan los problemas que están ahí y que son serios. Nadie tiene una solución definitiva, pero serviría de parte de todos los gobiernos un poco más que buena voluntad".
Estas propuestas "destructivas", dice el Card. Veglio, "hacen pensar en lo que está sucediendo en el sudeste asiático, y que es espantoso. Cerca de 6 mil personas a la deriva durante días - migrantes de Bangladesh, rohingya y de otras nacionalidades - porque nadie los quiere, ni Malasia ni Tailandia, ni Indonesia. Y entonces ellos están en el mar, no tienen alimentos, agua, combustible, y un poco a poco están muriendo todos".
"La pobreza genera migrantes – prosigue el presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes - y las guerras crean refugiados. Un ciudadano de cualquier país no debe ser forzado a irse para vivir con dignidad, o para no morir porque es perseguido por razones políticas o religiosas. Para evitar la creación de estas situaciones sería suficiente con ayudar a estas naciones para ser independientes, invirtiendo en estas tierras, y creando oportunidades de empleo".