Cardenal Bo: ‘Llamamiento sincero’ contra el bombardeo a la iglesia y por los refugiados
El arzobispo de Rangún denuncia la violencia - pero no así a los militares - que culminó con la muerte de cuatro fieles y más de 8 heridos en el estado de Kayah. Los soldados del ejército atacaron y bombardearon varias iglesias donde se refugiaban niños, mujeres y ancianos que huían de la guerra. El cardenal contaría con el apoyo de las comunidades budistas. Tras su publicación en Facebook, el llamamiento fue muy criticado por ser "demasiado neutral".
Rangún (AsiaNews) - El cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún y presidente de la Conferencia Episcopal birmana, hizo anoche un "sincero llamamiento" para pedir una vez más el fin de la violencia en el país. Además denunció -sin nombrar a los militares- que murieron cuatro fieles y ocho personas resultaron heridas en el ataque del ejército contra la iglesia del Sagrado Corazón de Kayanthayar, cerca de Loikaw (estado de Kayah). El bombardeo tuvo lugar el 23 de mayo y se prolongó hasta horas de la noche. Los disparos continúan hasta hoy. Según fuentes de AsiaNews, el ataque -cuyo blanco eran los civiles que se habían refugiado en la iglesia- pretendía vengar la muerte de 20 soldados a manos del ejército karenni (un grupo étnico armado). Los karenni, al igual que los chin, kachin y shan, han decidido luchar contra el golpe de Estado y defender a la población que sufre a diario la violencia de las fuerzas de seguridad. Debido a los enfrentamientos entre grupos armados, muchas iglesias se han convertido en un lugar de refugio. Los soldados del ejército atacaron varios templos, incluyendo la catedral de Pekhon.
Aparentemente, el llamamiento del cardenal Bo cuenta con el apoyo de las comunidades budistas. Tras su publicación en Facebook, el texto recibió muchas críticas de la población, que lo considera "demasiado neutral", siendo que no condena claramente la violencia de los militares. A continuación, el texto completo (traducido al español por AsiaNews)
Un llamamiento sincero
Con especial referencia al ataque a la iglesia del Sagrado Corazón en Kayanthayar, cerca de Loikaw (en el este de Myanmar), el 23 de mayo de 2021, en el que murieron cuatro personas y muchas resultaron heridas.
25 de mayo de 2021
Con inmensa tristeza y dolor, expresamos nuestra angustia por el ataque a civiles inocentes que buscaban refugio en la Iglesia del Sagrado Corazón en Kayanthayar, Loikaw, en la noche del 23 de mayo de 2021. Los actos violentos, como los continuos bombardeos con armamento pesado contra un grupo aterrorizado formado en su mayoría por mujeres y niños, provocaron la trágica muerte de cuatro personas y más de ocho heridos. La iglesia sufrió numerosos daños, lo que demuestra la intensidad del bombardeo sobre un lugar de oración. El ataque fue a medianoche e hizo que la gente indefensa huyera a la selva. El mundo aún no sabe qué ha sido de ellos. Sus necesidades urgentes son conseguir alimentos, medicinas, elementos de higiene, pero no hay forma de llegar a donde están. Entre ellos hay muchos niños y ancianos, que se ven obligados a pasar hambre y no cuentan con atención médica. Se trata de una gran tragedia humanitaria.
Queremos que todo el mundo sepa que hay protocolos internacionales que defienden los lugares de culto y oración, en tanto propiedad cultural de una comunidad. Durante los conflictos, las iglesias, los hospitales y las escuelas están protegidos por la Convención de La Haya. Más allá de los protocolos, queremos recordar que la sangre derramada no es la del enemigo; los que murieron y los heridos son ciudadanos de este país. No estaban armados; estaban dentro de la iglesia para proteger a sus familias. Todos los corazones de esta nación están de luto por la muerte de personas inocentes. En la actualidad, cientos de personas están muriendo y miles se convierten en refugiados y desplazados. Más de 20.000 personas han sido desplazadas en el reciente conflicto de Loikaw.
Todo esto tiene que terminar. Suplicamos a todos ustedes y a las diferentes organizaciones, que no continúen escalando la guerra. Nuestra gente es pobre, el Covid-19 les ha robado sus medios de subsistencia, el hambre está afectando a millones de personas y la amenaza de otra ola de Covid-19 es real. En este momento, el conflicto es una cruel anomalía. La paz es posible, la paz es el único camino.
Hacemos este llamamiento urgente como grupo de líderes religiosos, no como políticos. Recemos por la paz en esta gran tierra y esperemos que todos podamos vivir como hermanos en esta gran nación.
Cardenal Charles Maung Bo, Sdb
Arzobispo, Arquidiócesis Católica de Rangún
Presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar (CBCM)
Presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC)
Promotor, Religiones por la Paz, Myanmar (RfP)
Co-presidente de Religiones por la Paz, Internacional (RfP)
01/09/2021 15:28
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