Card. Tagle: un ‘jubileo’ de Covid-19 para el ‘perdón’ de las deudas de los países pobres

“Ahora nos damos cuenta que no tenemos bastante barbijos, pero tenemos muchos proyectiles y no tenemos ventiladores pulmonares, pero tenemos millones de pesos, dólares o euros gastados por un avión de combate, que puede atacar a las personas”.

Roma (AsiaNews) – Un “jubileo” para el ‘perdón’ de las deudas de los países que están luchando contra la pandemia de coronavirus. Es la propuesta avanzada por el cardenal filipino Luis Tagle, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos.

En la homilía de la misa celebrada el domingo pasado en el Pontificio Colegio Filipino y transmitida en streaming en directa en Manila por TV María, un canal televisivo católico filipino, el purpurado lo describió como “perdón de las deudas”, en particular de las naciones pobres y la redirección de los gastos militares a exigencias sociales.

“Ahora-dijo- nos damos cuenta que no tenemos bastante barbijos, pero tenemos muchos proyectiles y no tenemos ventiladores pulmonares, pero tenemos millones de pesos, dólares o euros gastados por un avión de combate, que puede atacar a las personas”.

La falta de recursos, sostuvo, podría ser hoy una “tumba” de los países pobres y de su gente. De aquí el llamamiento a las naciones ricas para “perdonar” los intereses que han impuesto a préstamos a los países pobres “de tal modo que puedan usar sus escasos recursos” en problemas urgentes. “El perdón de las deudas de tal modo que aquellos que están en las tumbas de las deudas puedan encontrar la vida”, lo definió el Card. Tagle.

El cardenal también pidió destinar los gastos militares a la “verdadera seguridad” como la instrucción, alojamientos y comida. “¿Podemos detener la guerra, por favor? ¿Podemos dejar de producir armas, por favor? ¿Podemos salir de la tumba y gastar el dinero para una verdadera seguridad?”.

La idea de la cancelación o al menos de la reducción de la deuda extranjera de los países pobres, en nombre de una justicia social fue proclamada ya por Juan Pablo II en la Carta apostólica “ Tertio Millennio Adveniente” del 10 de noviembre de 1994 para la preparación del Gran jubileo del 2.000. Aquella de la cancelación de la deuda extranjera de los países pobres fue una campaña a la cual adhirieron formalmente algunos gobiernos occidentales y organizaciones internacionales como el Fondo monetario internacional y el banco mundial, pero que tuvo poca o escasa aplicación práctica concreta.