Card. Tagle: proclamar cada día a Jesucristo y su mensaje
La Asamblea por el Año de la parroquia como comunión de las comunidades se propone enfrentar cuestiones como: “¿Cómo se habla de comunión en medio de tantas exclusiones, desigualdades, abusos y opresiones? ¿Cómo se habla de seguridad, de ser un corazón y de un alma, cuando claramente hay tanto que nos separa? ¿Cómo encontramos a Jesús en el contexto de la pobreza, de los sufrimientos y de los conflictos? ¿Cómo podemos encarnar nuestra identidad como Iglesia de comunión y de solidaridad sobre todo con los pobres?”.
Manila (AsiaNews)- Proclamar a Jesús y su mensaje es la actividad de cada día. Lo dijo ayer el cardenal de Manila Luis Antonio Tagle, interviniendo (en el foto) en la cuarta Conferencia filipina sobre la nueva evangelización (PCNE4), evento de tres días para la celebración del Año de la parroquia comunión de las comunidades.
El encuentro, sobre el tema: “De uh solo corazón y de una sola alma” (Hc 4:32) se realiza en la Universidad Santo Tomás (Pontificia y católica), del 28 al 30 de julio. Participan más de 6 mil delegados de toda Filipinas, entre las cuales obispos, sacerdotes, monjas, laicos, jóvenes, mujeres y estudiantes.
La Asamblea para celebrar el Año de la parroquia como comunión de las comunidades quiere recordar y proclamar el mensaje de unidad y solidaridad de Jesús. Como los primeros cristianos, dijo el cardenal Tagle, los filipinos son de un solo corazón y de una sola alma y aspiran a vivir en comunidad de discípulos, como una Iglesia y con los pobres, como agentes de comunión, participación y misión.
La finalidad del PCNE4 es la de guiar a los participantes a un encuentro y a una comunión más profundas con Jesús, la fuente de nuestra unidad y comunidad para despertar en los participantes el significado de ser “el uno para el otro”. Se quiere reflexionar sobre el sentido de Iglesia como comunión y concreta manifestación de participación y un desafío a los participantes a un estilo de vida misionero y una transformación misionera mientras exploramos la necesidad de comunión en la misión de ser cristianos hoy.
Apenas ocho personas poseen la misma riqueza de la mitad del mundo. Esta fue la estupefaciente noticia del informe Oxfarm International el 1 de enero de este año. La organización subrayó que es obsceno que tantas riquezas se encuentren en manos de pocas personas cuando una persona cobre 10 sobreviven con menos de 2 dólares por día.
Aquí en Filipinas, no es más alentadora. Según una empresa de investigaciones, en el último trimestre de 2016, el 45% (44%) o cerca de diez millones de familias se consideren pobres. De la Autoridad de las estadísticas filipinas, nos dicen que 3,8 millones o el 33,5% de todos los niños filipinos, son biológicamente raquíticos. Y más de 2,2 millones de personas están sin una habitación decente. La desocupación y la sub-ocupación son un grave flagelo no obstante las promesas de eliminarlas. Los homicidios continúan. La crueldad y la deshumanización se convirtieron en ordinaria. Los medios de comunicación falsos están colonizando los discursos y alterando las narraciones. No desaparecieron las amenazas a la vida y a la cultura, la ecología humana y ambiental, el matrimonio y la familia.
La conferencia se propone enfrentar cuestiones como :¿”Cómo se habla de comunión en medio de tantas exclusiones, desigualdades, abusos y opresiones? ¿Cómo se habla de solidaridad, de ser un corazón y de un alma, cuando claramente hay tanto que nos separa? ¿Cómo encontramos a Jesús en el contexto de la pobreza, de los sufrimientos y de los conflictos? ¿Cómo podemos encarnar nuestra identidad como Iglesia de comunión y de solidaridad sobre todo con los pobres y los de los que están fuera de casta?”. “¿Cómo practicamos concretamente nuestra comunión-en-misión en medio de la secularización y a la globalización de la indiferencia?”.
La cuarta Conferencia filipina sobre la Nueva Evangelización fue audazmente llamada camino, pero para ofrecer ante todo soluciones, pero para consentir o permitir a nosotros como portadores de la memoria de Jesús y proclamadores del Evangelio de reunirnos y descubrir el camino que el Señor quiere que tomemos en medio de la pobreza y el odio. En el compartir nuestras historias, no encontramos respuestas simples, sino inspiración y luz. En las situaciones que debemos enfrentar cada día, podemos sólo dirigirnos al Señor que camina con nosotros y que enjuga nuestras lágrimas.
“Nos reunimos por 3 días-dijo Shione Gregorio Tabada, un líder laico-como respuesta a los desafíos ineludibles de nuestros tiempos y como resistencia no violenta a la cultura post-verdad del engaño y de la muerte. Nos reunimos en el Año de la parroquia como comunión y sostenemos la formación de las comunidades eclesiales de base como un modo de ser la Iglesia en pequeños grupos. Celebramos el mensaje de la unidad y la armonía. Tenemos un solo corazón y un alma sola como una comunidad de discípulos, como una iglesia de y con los pobres, como agentes de comunión, participación y misión. Juntos, llevaremos en la oración y discernimiento las cuestiones fundamentales que nosotros, como cristianos del milenio debemos enfrentar".