Card. Tagle: los desastres y las ruinas nos dan una nueva imagen de la Navidad
Manila (AsiaNews)- Los recientes desastres que han sacudido a Filipinas, "ayuden a todos los fieles a rescatar el verdadero significado de la Navidad: Cristo que se hace Niño, débil y humilde, para darnos una nueva esperanza". Lo escribe el arzobispo de manila, card. Luis Antonio Tagle, en su mensaje de navidad. A continuación el texto completo del mensaje.
Queridos hermanos y hermanas, muchas personas se han preguntado; ¿qué tipo de navidad será para los sobrevivientes de las crisis de Zamboanga, al terremoto de Bohol y al super-tifón Yolanda? Cuando las personas y las cosas asociadas a la Navidad fueron destruidas o perdidas, ¿qué tipo de navidad será? Una señora de Palo me dio su respuesta a esta pregunta: "Rodeados por las ruinas por todas partes, esta será probablemente la primera vez que entenderé y celebraré el verdadero significado de la Navidad".
Se trata de una respuesta misteriosa, pero dado que viene de una sobreviviente debe contener verdad y sabiduría, La frase de la señora de Palo nos lleva al signo central de la Navidad: el humilde niño en el pesebre que es el Hijo de Dios, el Dios que viene a nosotros, Dios está cerca. Dios permanece con nosotros. Este era el signo profetizado por Isaías e indicado por los ángeles a los pastores cuando nació Cristo.
Todos los otros signos de navidad- las luces, la comida, las ropas, los regalos- deben dejar lugar y el significado al Signo central: la humilde persona del Hijo de Dios que se ha vaciado para convertirse en uno de nosotros. La gloria divina se ve en la debilidad de un niño; la magnificencia del Paraíso se manifiesta en la humildad; la justicia de Dios se revela en la compasión.
No nos olvidemos de Cristo niño. Contemplar y adorar a Jesús, que es la verdadera presencia de Dios entre nosotros, nos transforme en señales de Su venida. La Navidad 2013 debería ser una Navidad de solidaridad y de comunión. Pero esto acontecerá si hacemos un verdadero examen de conciencia, una revisión de nuestros valores, una reordenación de nuestras prioridades y un renovado compromiso hacia Dios, los vecinos, la nación y la creación. Los sobrevivientes de los recientes desastres nos enseñarán cómo mirar al Niño prometido por Dios con nuevos ojos, de fe y esperanza.
Deseo a todos ustedes, en modo particular a los filipinos comprometidos en la reconstrucción de sus propias vidas y a aquellos que están lejos de casa, una navidad llena de bendiciones. Pueda Dios sorprenderos con el Signo de su amor.
Cardenal y arzobispo de Manila
23/12/2015