Card. Parolin en la COP29: no se puede afrontar la crisis climática sin condonar la deuda
En su discurso en la Conferencia de las Naciones Unidas que se desarrolla en Bakú, el Secretario de Estado del Vaticano reiteró el llamamiento del Papa Francisco para el Jubileo de 2025: "Hace falta una nueva arquitectura financiera internacional que también garantice verdaderamente a los países más pobres y vulnerables a las catástrofes climáticas, vías de desarrollo con bajas emisiones de carbono".
Bakú (AsiaNews/Agencias)- “Cuando se habla de financiación climática, es importante recordar que la deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de la misma moneda, que hipotecan el futuro”, afirmó hoy el secretario del Estado Vaticano, Card. Pietro Parolin, en nombre del Papa Francisco, en su intervención en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que se está desarrollando en Bakú, Azerbaiyán.
Dirigiéndose a los representantes de los países de todo el mundo reunidos para un debate que incluye entre sus temas principales la división de las cargas financieras necesarias a nivel global para las estrategias de adaptación a los cambios climáticos, el Card. Parolin dijo que es necesario hacer esfuerzos para "encontrar soluciones que no comprometan aún más la capacidad de desarrollo de muchos países que ya cargan con una deuda económica agobiante". El Secretario de Estado del Vaticano citó en este sentido el llamamiento del Papa Francisco en la bula Spes non confundit que se publicó con vistas al ya inminente Jubileo de 2025.
Que los países más ricos - exhorta el pontífice en este documento - "reconozcan la gravedad de tantas decisiones tomadas y determinen condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas. Más que una cuestión de magnanimidad, es una cuestión de justicia, agravada hoy por una nueva forma de inequidad de la que hemos tomado conciencia: existe, en efecto, una verdadera "deuda ecológica", especialmente entre el Norte y el Sur, relacionada con desequilibrios comerciales con consecuencias en el ámbito ecológico, así como el uso desproporcionado de los recursos naturales que históricamente han hecho algunos países".
En este sentido, el Card. Parolin pidió en la COP29 “una nueva arquitectura financiera internacional, que pueda realmente garantizar a todos los países, especialmente a los más pobres y a los más vulnerables a las catástrofes climáticas, vías de desarrollo con bajas emisiones de carbono y un alto nivel de participación, que permitan a todos alcanzar su máximo potencial y ver respetada su dignidad".
La premisa para ello, señaló, es la conciencia de que "la protección de la creación es una de las cuestiones más urgentes de nuestro tiempo" y que "el egoísmo - individual, nacional y de grupos de poder - alimenta un clima de desconfianza y división que no responde a las necesidades de un mundo interdependiente, en el que debemos actuar y vivir como miembros de una única familia que habita una misma aldea global interconectada”.
“No podemos pasar de largo y mirar para otro lado – siguió diciendo el Card. Parolín-. La indiferencia es cómplice de la injusticia. Por tanto, hago un llamamiento para que, pensando en el bien común, podamos desenmascarar los mecanismos de autojustificación que tantas veces nos paralizan. Para un acuerdo ambicioso, para toda iniciativa y proceso orientado a un desarrollo verdaderamente inclusivo - concluyó - les aseguro mi apoyo y el del Santo Padre para prestar un servicio eficaz a la humanidad, a fin de que todos podamos asumir la responsabilidad de salvaguardar no sólo nuestro futuro, sino el de todos".
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