Card. Parolin ante la ONU: Oriente Medio muestra que el desarrollo es imposible sin la paz
La manera más eficaz para salvaguardar la dignidad de todos en Oriente Medio es un renovado compromiso con el Estado de derecho y la libertad de religión y de conciencia. La Santa Sede y la Ciudad del Vaticano se han unido a la Convención de la ONU contra la Corrupción.
Nueva York (AsiaNews) - El desarrollo humano integral, basado en el derecho a la vida, "es imposible sin la paz", como se destaca de manera espectacular en la actual crisis en Oriente Medio. Lo reiteró el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, hablando ayer por la tarde en la Asamblea General de la ONU que se celebra en Nueva York.
El cardenal recordó que "hace sólo dos días, en Asís, el Papa Francisco, junto a otros numerosos líderes religiosos del mundo, subrayó la importancia del diálogo como una forma privilegiada de ser pacificadores. Los conflictos no sólo hacen que el logro de objetivos de desarrollo sustentable a nivel regional sea absolutamente imposible, sino que también destruyen tanto recursos humanos como medios de producción y el patrimonio cultural".
Al tiempo que expresó una opinión positiva sobre la aprobación, por parte de una serie de países, de las metas para el desarrollo sustentable y el acuerdo climático alcanzado en París, el cardenal Parolin ha argumentado que estos objetivos no pueden alcanzarse sin cambios realistas significativos en los sistemas económicos. En particular, habló de la "deuda ecológica" que los países ricos deben pagar a los necesitados, y de la necesidad de "sistemas financieros alternativos, capaces de garantizar que los recursos financieros sean accesibles y sostenibles para los más pobres".
El desarrollo también tiene necesidad de paz. "El enorme y siniestro efecto de la guerra es una espiral descendente de la que a menudo no hay escapatoria", como ponen de manifiesto las zonas afectadas por la violencia, que el cardenal Parolin ha examinado, poniendo un particular énfasis en Siria, que ha "sido invadida por todo tipo de grupos armados". La Santa Sede, continuó, también cree que la manera más eficaz para salvaguardar la dignidad de todos en Oriente Medio es un compromiso renovado con el Estado de derecho y la libertad de religión y de conciencia. "En Oriente Medio vemos las terribles consecuencias de una espiral de guerra: tantas vidas destruidas, Estados colapsados, saltos en los ceses al fuego, iniciativas de paz fracasadas. Y han fracasado los intentos de resolver las causas fundamentales del conflicto en Siria, Irak y Libia, para encontrar una solución a la crisis de la presidencia en el Líbano y para resolver el conflicto palestino-israelí. Esta falla continua ha extinguido la esperanza de todos aquellos que creen en aquella tierra santa y sacra". Los efectos de estos fracasos se ven incluso en los conflictos que continúan en el sur de Sudán, Ucrania y los Grandes Lagos.
Otro factor que "degrada la convivencia social" y socava toda la comunidad internacional, es "el flagelo del terrorismo. En los últimos años, hemos visto las metástasis terroristas expandiéndose en muchas partes del mundo. Los vecinos Siria e Irak son cada vez más víctimas de innumerables actos de barbarie. Y Allí en todo Oriente Medio, los actos atroces de terrorismo han causado temor en la vida cotidiana de muchas personas en todo el mundo".
Feliz por el resultado positivo en Colombia, la esperanza, que es el corazón de la Santa Sede, es que a través de la facilitación de la comunidad internacional, las diversas formas de contacto y el diálogo se lleven a cabo para resolver los conflictos actuales.
Por último, en el tratamiento del tema en discusión en la Asamblea, la crisis de la migración, destacó que "65 millones de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares a causa de la persecución, el conflicto, la violencia generalizada, el hambre y la devastación de la tierra". Expresando su agradecimiento y aprecio por el Líbano y Jordania por aceptar un gran número de refugiados procedentes de Siria, el cardenal Parolin animó a tomar medidas eficaces para ayudar a los inmigrantes, afrontando las causas de la migración desde su misma raíz. "Migración y desarrollo están estrechamente vinculados" y "los efectos de los movimientos masivos de refugiados y migrantes amenazan con debilitar nuestro compromiso con los valores de solidaridad y hospitalidad hacia los necesitados. Valores que se encuentran en el corazón del Jubileo extraordinario de la Misericordia".
Durante su estadía en la ONU, el cardenal Parolin también presentó la adhesión de la Santa Sede -en nombre y por cuenta del Estado del Vaticano- a la Convención de la ONU contra la Corrupción.
