Card. Francis: inculturación y universalidad, los retos de la Iglesia en Malasia

de Dario Salvi

El obispo de Penang se encuentra entre los 21 nuevos cardenales que recibieron el birrete cardenalicio de manos del Papa Francisco. El entusiasmo de una realidad "joven" que es fuente de "esperanza" para alimentar la "misión". Las relaciones con el mundo musulmán marcadas por "la confianza y la fraternidad". En el Sínodo llevará la voz de las familias de Asia y su contribución para generar el futuro.

Roma (AsiaNews) - "El Papa Francisco me dijo que concentrara y enfocara mi misión en la inculturación de la fe" en la realidad del país, que promoviera el camino de la "evangelización" en el contexto de la "cultura" local y que "trabajara por la universalidad de la Iglesia, no por la uniformidad". Esto es lo que afirma el Card. Sebastian Francis, obispo de Penang (Malasia), entre los 21 nuevos cardenales creados por el pontífice el 30 de septiembre en la plaza de San Pedro. "Estos factores -continuó- son los puntos de partida de mi misión" en un nuevo papel, pero que sigue ligado "a la dirección indicada por el Papa, que debemos seguir".

Al frente de la diócesis de Penang desde 2011, el card. Francisco nació el 11 de noviembre de 1951 en la entonces Federación de Malasia, hijo de padres emigrantes de Kerala (India). Es el segundo cardenal en la historia de la nación asiática tras el Card. Anthony Soter Fernandez, arzobispo de Kuala Lumpur, que también había sido obispo de Penang de 1977 a 1983. El cardenal falleció en 2020 a la edad de 88 años. Asistieron a la elevación al rango de cardenal del actual obispo de Penang familiares de Malasia, varios sacerdotes y monjas, y fieles de la diócesis y la archidiócesis de la capital, en total más de 100 personas.

Desde el punto de vista de la evangelización, explicó el cardenal, "tanto Malasia como todo el continente asiático son todavía una realidad joven. La media de edad es baja, varios países son de reciente formación y la población en general es joven, como lo es "la propia Iglesia" y esto "nos da mucha fuerza, mucha esperanza y mucha confianza". Porque el entusiasmo de los jóvenes", subraya, "es siempre un elemento de esperanza y de confianza. Los jóvenes muestran el camino y dan la fuerza para seguirlo". En esta perspectiva, "el nombramiento como cardenal", añade, "es un factor de gran entusiasmo y para los nuevos sacerdotes se convierte en un ejemplo y un estímulo" para continuar el camino.

Extendiendo el discurso a Asia, y tomando prestadas las palabras de San Juan Pablo II que señalaba el continente como la "tarea común" para la Iglesia del tercer milenio, el Card. Francisco habla de una "realidad importante" también en la perspectiva del futuro, pero "para servir, no para dominar". "Estamos llamados", prosiguió, "a anunciar el Evangelio, a proclamar la Palabra de Dios" en una perspectiva misionera, ésta "es nuestra contribución a la Iglesia universal: comprometernos en la tarea del anuncio" con un vigor aún mayor "en una fase en la que la Iglesia en Asia parece crecer".

En Malasia, como en Indonesia, nación de mayoría islámica, la respuesta de los "auténticos musulmanes, que aman a Dios y están generalmente abiertos al encuentro y al diálogo" fue de alegría compartida y "muchos me felicitaron". Para anunciar el Evangelio, para evangelizar sin correr el riesgo del proselitismo, hay que "cultivar las buenas relaciones", explicó el cardenal, "promover el encuentro entre las personas, establecer la confianza, la fraternidad" dejándose guiar "por el Espíritu Santo".

Preguntado por su presencia como padre sinodal en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que comienza el 4 de octubre, el Card. Francisco subrayó que "la Iglesia en Asia debe compartir y anunciar el Evangelio con un espíritu joven y enérgico". Y ampliando el tema de las familias y las sociedades, da gracias a Dios "por los sacrificios que hacen los pueblos asiáticos para mantener joven el planeta con el don de los hijos". Este espíritu de la Iglesia en Asia", añade, "es una energía inclusiva, creativa y que tiende puentes". "A mi regreso [a la diócesis de Penang]", concluye el cardenal, "pediré a los fieles que alimenten y fortalezcan la solidaridad y la comunión con la Iglesia universal y la oración por mi renovada misión".

(Colaboró Nirmala Carvalho)