Card. Bo, a los cristianos y a todos los creyentes: rueguen por Hong Kong y por China
La ley de seguridad nacional “arriesga minar la libertad de expresión, la libertad de asamblea, la libertad de prensa y la libertad académica. La libertad religiosa y de credo también se ven amenazadas. Según muchos reportes, en China, la libertad religiosa y de credo ha sufrido “los ataques más violentos desde la Revolución Cultural”.
Rangún (AsiaNews/EdA) – “Que los cristianos de todas las tradiciones, que todos los creyentes de Asia y del mundo rueguen por Hong Kong, por China y por su pueblo”. Con estas palabras difundió un llamamiento a principios de julio el Cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún y presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales Asiáticas (FABC). En la carta, el cardenal aborda la entrada en vigor de la ley de seguridad nacional en Hong Kong, que ha sido impuesta “sin haber consultado a la población local”.
Para el Card. Bo, dicha ley vulnera las libertades en Hong Kong y amenaza “el alto grado de autonomía” prometido según el principio “un país, dos sistemas”. Todo ello representa un verdadero cambio constitucional y contradice el espíritu del acuerdo de entregar la región administrativa especial a China, en 1997. Hong Kong es una de las joyas de Asia, una “Perla de Oriente”, encrucijada donde confluyen Oriente y Occidente, una puerta de acceso a China y un centro de libre comercio regional.
“Hasta ahora, Hong Kong ha gozado de un mix de libertad y creatividad. La ley de seguridad nacional no es un mal en sí. Cada país tiene derecho a legislar para proteger y mantener su seguridad. Sin embargo, dicha legislación debe ser equilibrada, garantizando el respeto de los derechos humanos, de la dignidad humana y de las libertades fundamentales. La imposición de esta ley por parte de la Asamblea Nacional china vulnera claramente el Consejo Legislativo de Hong Kong y su autonomía. Transforma radicalmente su identidad”.
“Estoy preocupado por las amenazas que esta ley implica para las libertades y los derechos humanos en Hong Kong. Esta legislación arriesga minar la libertad de expresión, la libertad de asambleas, la libertad de prensa y la libertad académica. La libertad religiosa y de credo también se ve amenazada. Muchos reportes demuestran que la libertad religiosa y de credo en China continental ha sufrido los ataques más violentos desde la Revolución Cultural. Aún cuando la libertad de culto en Hong Kong no sea azotada directa o inmediatamente, la nueva ley de seguridad y la criminalización que deriva de ella (para actos de ‘subversión’, ‘secesión’ y ‘complicidad con fuerzas políticas extranjeras’) podría llevar, por ejemplo, al control de la predicación religiosa, a la penalización de las vigilias de oración con velas o al hostigamiento en los lugares de culto por la protección o asistencia de los manifestantes. Ruego que esta ley no induzca al gobierno a interferir en los asuntos internos de las organizaciones religiosas, ni con los servicios pastorales que estas ofrecen al público. Mis hermanos sacerdotes y obispos deben ser capaces de preparar sus homilías con confianza, y los mismo vale para el clero protestante a a hora de preparar sus sermones, o para los líderes religiosos de otros credos”.
“La participación de las organizaciones religiosas en los asuntos sociales no debe verse comprometida, En efecto, la Ley fundamental garantiza la libertad de culto. De ahora en más, ¿acaso los líderes religiosos serán perseguidos por haber defendido la libertad humana, los derechos humanos, la justicia, la libertad y la verdad? Esto ya lo hemos vivido: apenas la libertad se ve amenazada en su conjunto, tarde o temprano, la libertad religiosa y de culto también se ve afectada”.
“Por más de un año, hubo multitudinarias protestas en Hong Kong, la mayor parte de ellas pacíficas. Sin embargo, frente a los más de 9.000 manifestantes arrestados, no hubo un solo agente de policía detenido por el uso desproporcionado de la fuerza. Todos, manifestantes y policías, deben ser iguales ante la ley”.
Esta ley, concluye el documento, “arriesga aumentar las tensiones, lejos de brindar soluciones. Por estos motivos, imbuido del espíritu de los profetas, mártires y santos de nuestra fe, hoy los invito a rezar por Hong Kong. Rueguen por los líderes de China y de Hong Kong, para que mantengan las promesas de respetar los derechos y las libertades fundamentales. Los invito a todos a rezar por la paz”.