Caos en Islamabad tras las elecciones: gana Khan, pero la Liga Musulmana está más cerca del gobierno
El controvertido recuento adjudica una mayoría relativa a los candidatos cercanos al ex primer ministro en la cárcel, pero Nawaz Sharif ya está trabajando en una coalición de gobierno que los excluiría. Temor de que vuelva la tensión en las calles cuando hay que renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Islamabad (AsiaNews/Agencias)- El nuevo parlamento ya se encuentra sumido en el caos. Imran Khan, el líder de la fuerza política que obtuvo más escaños pese a haber sido privado de su logo, se ha visto obligado a "hablar" a través de un mensaje generado con inteligencia artificial, porque está en la cárcel. Mientras el tres veces primer ministro Nawaz Sharif, rechazado en las urnas, recluta aliados y diputados individuales para formar una coalición de gobierno.
El final del lentísimo (y muy disputado) recuento de votos ha dado a Pakistán un resultado electoral fragmentado y un Parlamento sin una mayoría clara. De los 101 parlamentarios "independientes" electos (en 266 circunscripciones), 93 pertenecen al Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), el partido de Imran Khan. Teniendo en cuenta que su líder estaba en prisión y la imposibilidad de presentarse con su propio logo, el hecho de que haya conquistado apenas veinte escaños menos que en la clara victoria de 2018 es un logro realmente notable. Detrás se ubica la Liga Musulmana de Nawaz Sharif con 75 escaños, y a pesar del claro apoyo de los militares ha ganado sólo una docena más respecto de seis años atrás (cuando las elecciones se celebraron en el punto álgido del escándalo de los Panama Papers). En tercer lugar ha quedado el Partido Popular de Pakistán de Bilawal Bhutto, que ha conseguido 54 representantes propios.
Desde el punto de vista de la distribución geográfica de los votos, los candidatos del partido de Imran Khan arrasaron en la provincia occidental de Khyber Pakhtunkhwa, la que limita con Afganistán, pero también se impusieron en numerosas circunscripciones del Punjab. La Liga Musulmana de Nawaz Sharif ganó principalmente en Punjab, mientras que el partido de la dinastía Bhutto-Zardari conservó su tradicional bastión de Sindh, consiguiendo también algunos escaños en Baluchistán.
Con estas cifras, el reparto de los 70 escaños adicionales que la ley electoral paquistaní reserva para las mujeres (60) y las minorías (10) adquiere gran importancia. Por lo general, se reparten proporcionalmente según los votos que ha recibido cada partido. Pero los “independientes” están excluidos del recuento y por lo tanto, en este caso, podrían cambiar significativamente el resultado de la votación. Hay que añadir también que los elegidos todavía tienen tres días para decidir si se afilian a uno de los partidos representados en el Parlamento. Y si la Liga Musulmana de Sharif afirma en estas horas que ya ha recogido seis adhesiones (una de ellas de un candidato elegido con los votos de los partidarios del PTI), una de las hipótesis que circulan es que los candidatos electos cercanos a Imran Khan adhieran masivamente a un pequeño partido que obtuvo un único escaño, para poder ser admitidos en el reparto de escaños reservados para mujeres y minorías.
Sin embargo, antes del 29 de febrero -cuando el nuevo Parlamento se reúna para su primera sesión- deberá formarse de todos modos una coalición de gobierno. Y la Liga Musulmana, a pesar del resultado decepcionante, sigue pareciendo el partido con más probabilidades de liderarla. Nawaz Sharif ya ha iniciado contactos con el Pakistan People Party para relegar una vez más a la oposición a los diputados vinculados a Imran Khan. Se podría formar un Ejecutivo, no necesariamente encabezado por Sharif, que alcanzaría la mayoría gracias al apoyo de un tercer partido, el Muttahida Qaumi Movement, muy fuerte en Karachi, que obtuvo 17 escaños. Pero es sumamente improbable que con la mayoría relativa que ha conquistado - y las fuertes acusaciones de fraude que ha lanzado - el Pakistan Tehreek-e-Insaf acepte pasivamente un resultado de este tipo. Y, por tanto, el conflicto político en Pakistán corre peligrosamente el riesgo de volver a manifestarse en las calles.
Como telón de fondo, los problemas económicos del país siguen siendo graves . En marzo el nuevo gobierno deberá renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que permitió evitar el default. Una situación para la que un país sacudido por protestas y con un gobierno débil representaría el peor escenario posible.
09/02/2024 17:43