Cai Xia: Xi Jinping tiene miedo, por eso intensifica la represión
La resistencia externa ha puesto al presidente en dificultades, dice la ex profesora de la Escuela del Partido Comunista Chino. Una parte de la "segunda generación roja", entre ellos el magnate disidente Ren Zhiqiang, quiere democratizar el país. Cooperación entre fuerzas internas progresistas y países extranjeros para derrocar al régimen. Si sigue siendo totalitario, Beijing apuntará al dominio global para 2049.
Beijing (AsiaNews) - La resistencia externa, que se ha multiplicado tras el estallido de la pandemia, asustó a Xi Jinping, quien respondió intensificando la represión contra los opositores dentro y fuera del Partido Comunista Chino (PCCh). Por miedo a perder el poder, el Presidente del gigante asiático -y Secretario del Partido- también ha empezado a distanciarse de un aliado de la primera hora como Wang Qishan, al que muchos en el PCCh consideran la figura más capaz del régimen.
Cai Xia, ex docente de la Escuela Central del Partido, hizo estas declaraciones en una entrevista publicada ayer por Radio Free Asia. Por atacar a Xi en comentarios públicos, Cai fue expulsada del PCCh en agosto pasado y perdió su derecho a la jubilación. Dijo que el líder chino quiere convertir a 90 millones de miembros del Partido en "zombis políticos".
Cai es una exponente de la "segunda generación roja", los hijos de los primeros revolucionarios que fundaron la China comunista, que a su vez es la base de poder de Xi. Afirma que muchos miembros de esta corriente, incluyendo el magnate disidente Ren Zhiqiang - que actualmente se encuentra detenido por atacar al presidente - quieren cambiar el sistema de gobierno en el país y hacerlo democrático.
Sin embargo, los "reformistas" tienen que lidiar con la "mayoría silenciosa" del Partido, que está en contra de la excesiva concentración de poder en manos de Xi pero no actúa por temor a represalias personales.
Según Cai, que ahora vive en Estados Unidos, las fuerzas externas - Washington - pueden jugar un papel importante para favorecer la transición democrática en China. Para cambiar el país, la académica plantea una especie de cooperación entre actores internos, especialmente las fuerzas progresistas del Partido, y actores externos. Ella sostiene que la crisis en Hong Kong no será la gota que colme el vaso, provocando un levantamiento que derrocará el poder del Partido. Es más probable que el cambio provenga de un levantamiento interno: un intento de invasión a Taiwán o una acción militar en el Mar de China Meridional podría ser contraproducente para la dirigencia actual y desencadenar un golpe de estado.
En su trato con China, Cai sugiere a Estados Unidos que distinga entre Xi y su banda, y todo el resto del PCCh, para privar al presidente de su capacidad de mantener a 90 millones de miembros en calidad de rehenes. Con Xi en el poder, señala, las relaciones con Washington solo pueden empeorar. La docente hace notar que recién con la crisis del Covid-19, Estados Unidos y otros países occidentales comenzaron a comprender la naturaleza "gángster" del PCCh.
Cai advierte que si China no abandona el totalitarismo y se lleva a cabo una transformación política mediante reformas, no tendrá un ascenso pacífico, sino que el régimen apuntará a la dominación mundial para el 2049, centenario del nacimiento de la República Popular China.
18/08/2020 12:06