Bombay: el Sta. Catalina acoge a madres solteras víctimas de la violencia
El testimonio de las hermanas Hijas de la Cruz que cuidan a las madres solteras desde 1927. Actualmente, su casa también acoge a menores identificadas por la policía y los servicios sociales por graves formas de abuso. "Acogemos la vida. Y les ayudamos a comprender que ellas y sus hijos están seguros aquí".
Bombay (AsiaNews) - En la archidiócesis de Bombay, la fiesta de la Anunciación fue la ocasión para celebrar la Jornada por la Vida. La Comisión diocesana para la Vida sugirió para este año el tema "Apoyar a las futuras mamás en circunstancias difíciles". Junto con las intenciones de oración en todas las misas, la jornada fue una oportunidad para un momento de reflexión en línea en el que la Hna. Udaya Chiramal, responsable del Hogar Sta. Catalina de la congregación de las Hijas de la Cruz, que atiende a madres solteras en Bombay desde 1927, presentó su propia experiencia. Publicamos su testimonio a continuación.
En los últimos años, la sociedad india ha experimentado grandes cambios, dando pasos agigantados. Pero para las mujeres no ha habido mucho alivio, ni en la familia ni en el trabajo. No están seguras ni en los pueblos ni en las ciudades. Y algunos de los problemas a los que se enfrentan las mujeres y sus hijos van más allá de nuestra propia imaginación.
Hasta el año 2000, la mayoría de las madres embarazadas que recibía Sta. Catalina tenían más de 18 años. La mayoría procedía de los estratos más bajos de la sociedad. Había muchas trabajadoras migrantes y domésticas de zonas rurales, tribales e incluso de la ciudad. A menudo tenían miedo del estigma asociado al embarazo. Las chicas estaban completamente desanimadas e inseguras sobre su futuro. Casi todas renunciaron a sus hijos y volvieron a sus trabajos o a sus familias. Las que conseguían casarse con el mismo chico podían llevarse a sus hijos y formar una familia.
Ahora, sin embargo, Sta. Catalina acoge sobre todo a chicas menores de edad. A menudo están completamente deshechas: necesitan ayuda en la raíz de sus problemas. La mayoría de las veces se trata de un embarazo no deseado y la madre ha rechazado al niño e incluso ha considerado la posibilidad de abortar. Y estos sentimientos de rechazo han tenido un impacto negativo en el niño.
Muchas chicas ocultan el embarazo por miedo a perder el trabajo o de sufrir las represalias de sus familiares y amigos. Cuando ya no pueden ocultar su estado o cuando alguien ya se dio cuenta de su embarazo, salen a la luz. Buscan ayuda y refugio. Tienen que enfrentarse a su conflicto interior y los sentimientos de impotencia, culpa, miedo, ansiedad e incertidumbre sobre el futuro las vuelven agresivas o depresivas. Necesitan apoyo psiquiátrico.
Los muchachos casi siempre se niegan a asumir la responsabilidad del embarazo y con mucha frecuencia incluso niegan los hechos. La familia del chico amenaza a la joven y la obliga a abortar para proteger a su hijo. Ella no tiene más remedio que recurrir a la ayuda de la institución.
Sta. Catalina asume toda la responsabilidad del ingreso hospitalario, las revisiones periódicas, el asesoramiento y otras necesidades médicas. La buena alimentación, el ejercicio físico, el yoga y la meditación ayudan a las madres a estar más sanas y a ser más positivas con respecto a sus hijos. También ofrecemos ayuda para afrontar la situación actual y un parto seguro.
Si los padres están dispuestos a hacerse cargo del bebé, tanto la joven como el bebé van con ellos. En otros casos, sin embargo, la niña debe continuar su educación hasta que sea madura y responsable.
En India se produjeron muchos cambios desde el estremecedor caso de Nirbhaya (trágico caso de una niña violada y asesinada en 2012 en Delhi, ndr). Desde 2013, se aplicaron nuevas leyes en el marco de la POCSO (Protección de los Niños contra los Delitos Sexuales), que provocaron que, también en Sta. Catalina, aumentara el número de niñas menores de 18 años acogidas porque fueron víctimas de situaciones traumáticas. Proceden de grupos de todas las religiones o castas. Hay víctimas de violencia y abusos sexuales por parte de sus propias familias. Hay víctimas de violaciones en grupo. En este caso, la policía comprueba el ADN del niño para identificar al verdadero culpable. Estos niños reciben ayuda psicológica y asesoramiento para afrontar su situación, así como revisiones periódicas y otros cuidados médicos: les ayudamos a comprender que en este hogar están seguros y protegidos.
En algunos casos ocurre que las niñas deciden huir, ya que a la mayoría las traen aquí contra su voluntad. En los casos en que los padres de la menor deciden llevársela a casa con su hijo, los agentes de policía y las personas de apoyo deben estudiar el caso para evitar cualquier venta indebida de la criatura. Durante su estancia en el hospital, los médicos, la Comisión de la Infancia y el tribunal suelen aconsejar a las niñas que aborten al bebé en las primeras fases del embarazo. Hemos dejado clara a estos funcionarios nuestra postura al respecto: no permitimos los abortos, porque promovemos la vida. No estamos dispuestos a participar en el acto criminal del aborto. Les hemos dicho que nos respeten por estos valores y principios.
En la fase inicial de aplicación de la ley, las víctimas recibían una indemnización relativamente buena. Ahora, sin embargo, se ha reducido al mínimo, muchas veces a nada en absoluto. Cada caso que se nos presenta es único. Esta singularidad se observa en el momento de la entrega de los niños. A veces la joven madre está muy alterada e histérica. En ese momento necesita más comprensión y apoyo de nuestra parte.
Los niños que entregan las madres jóvenes se dan en adopción a través de la CARA (Central Adoption Resource Authority) a buenas familias. Es un viaje muy doloroso para las mamás jóvenes y también para las hermanas del hogar, que se enfrentan a cuestiones tan traumáticas y delicadas. Pero luego la vida vuelve a empezar con un rayo de esperanza y alegría para todos.
(Colaboró Pascoal Carvalho, miembro de la Academia Pontificia para la Vida)
17/12/2016 13:14
29/08/2020 11:22