Bombas israelíes destruyeron la iglesia de San Porfirio, corazón de los cristianos de Gaza
Los ataques aéreos afectaron el lugar de culto ortodoxo griego y una estructura adyacente donde se alojaban musulmanes y cristianos desplazados. Al menos 17 víctimas confirmadas, pero el número podría ser mayor. Es la iglesia más antigua de la Franja, construida en el siglo V en honor del santo que difundió el cristianismo en la región. La ONU publicó el número actualizado de víctimas de la guerra.
Jerusalén (AsiaNews) - Se los considera "daños colaterales", las consecuencias de una guerra cada vez más devastadora que no perdona civiles ni edificios - incluso cristianos - donde se refugian los desplazados y que quieren seguir siendo oasis de paz y acogida en respuesta a la barbarie del conflicto. Después del hospital anglicano Al Ahli Arab de la ciudad de Gaza, ayer por la tarde le tocó el turno a la zona donde se encuentra la iglesia ortodoxa griega de san Porfirio, la más antigua y de gran valor histórico no sólo para la Franja sino para toda Tierra Santa, que fue alcanzado por misiles israelíes que provocaron daños y muertes. Fuentes de AsiaNews en Gaza hablan de "al menos 17 víctimas confirmadas, pero muchas otras todavía se encuentran bajo los escombros". Hay gran número de personas heridas, algunas de ellas de gravedad". La parroquia latina de la Sagrada Familia, añade nuestra fuente, "abrió sus puertas a los heridos y desplazados" cristianos y musulmanes. En este caso - a diferencia del hospital, donde siguen las acusaciones recíprocas y la ONU ha pedido una investigación internacional - resulta clara la responsabilidad de Israel, cuyos misiles lanzados por aviones de combate en las incursiones de anoche impactaron en la zona donde se encuentra el milenario lugar de culto.
Una de las primeras reacciones al ataque fue la del Patriarcado greco-ortodoxo de Jerusalén, custodio de la iglesia bombardeada, que expresó "la más clara condena" de los ataques aéreo israelíes que afectaron también la zona donde se encuentra el lugar de culto cristiano. “Atacar - continúa la nota - las iglesias y sus instituciones, así como los refugios que ofrecen protección a ciudadanos inocentes, especialmente niños y mujeres que han perdido sus hogares debido a los ataques aéreos israelíes contra zonas residenciales en los últimos 13 días, constituye un crimen de guerra que no puede ser ignorado". Sin embargo, aunque la guerra no perdone los lugares de culto y los centros que brindan asistencia y hospitalidad, el patriarcado y las demás iglesias de Tierra Santa siguen dispuestas a "cumplir con su deber religioso y moral de ofrecer asistencia, apoyo y refugio a aquellos que lo necesitan”. Una labor indispensable e irrenunciable, incluso en medio de los "insistentes avisos israelíes de evacuar estas instituciones civiles y las presiones ejercidas sobre las iglesias".
El P. Elias, sacerdote ortodoxo griego de Gaza, fue quien advirtió que los ataques aéreos israelíes "habían alcanzado" la estructura, "en un ataque no sólo contra la religión, que ya es vil, sino contra toda la humanidad". Junto con él hay otros católicos que han decidido permanecer en Gaza para ayudar a los desplazados y responder a las enormes necesidades que genera la guerra. Entre ellos se encuentran dos sacerdotes del Verbo Encarnado, tres religiosas de la sección femenina de la congregación (una argentina y dos peruanas), tres misioneras de la Caridad de la Madre Teresa (de India, Ruanda y Filipinas), y tres Hermanas del Rosario, una egipcia y dos jordanas. Piden oración a la comunidad cristiana para tener las fuerzas necesarias para continuar en la misión con "valentía y fidelidad". Al frente de la comunidad ortodoxa está el obispo Alexis de Tiberíades, que se encuentra en Gaza y ha decidido permanecer allí "aunque sólo quede un cristiano en la zona", según afirma en un mensaje, y dice que está "dispuesto a morir" al servicio de los demás.
Uno de los aspectos más dramáticos de este nuevo conflicto en Gaza, como suele ocurrir en otras partes del mundo, es la sucesión de ataques contra objetivos que no tienen carácter estratégico ni militar, como ocurrió con el hospital anglicano o la zona de la Iglesia de san Porfirio. En este último caso, se trata de un templo en homenaje a una de las figuras históricas más importantes y de mayor autoridad de toda la cristiandad en Tierra Santa, padre de la Iglesia de Gaza, cuya fiesta se celebra el 26 de febrero, día en que los historiadores fijan su muerte. Los cristianos siempre han recurrido a san Porfirio para pedirle que interceda por la paz en una Franja cada vez más devastada y atormentada.
Los testimonios sobre el santo se encuentran reunidos en una biografía escrita por un discípulo llamado Marco. Nació en el 347 d.C. en una familia griega adinerada y a los 31 años decidió abandonar sus bienes y retirarse a la vida monástica en el desierto de Escete, en Egipto, donde permaneció durante cinco años para orar y meditar. Posteriormente se trasladó a Palestina y eligió vivir en una cueva cerca del río Jordán, desde donde visitó Jerusalén y los lugares santos, y decidió donar todo a los pobres. Para mantenerse, trabajaba como zapatero, pero su fama y la devoción con la que vivía su vocación hicieron que el entonces obispo de Jerusalén lo ordenara sacerdote a los 45 años; tres años después fue nombrado obispo de Gaza, donde trabajó intensamente para difundir la fe cristiana.
Reconocido intérprete de las Escrituras y famoso también por sus milagros (como las curaciones de enfermos), atraía no sólo a cristianos sino también a personas de otras religiones, fomentando las conversiones en la región de Gaza, que tradicionalmente y hasta entonces era pagana, hasta su muerte en 420. Las reliquias del santo se conservan en la iglesia ortodoxa situada en el barrio de Al Zeitun, en el centro histórico, que quedó afectada en el conflicto. Parte de los muros todavía conservan restos del antiguo edificio del siglo V, originalmente de planta rectangular, con tres accesos y columnas de mármol y granito. Las bóvedas de crucería, los arcos y el pórtico exterior son de la época de las Cruzadas, entre los años 1150-1160, mientras que el resto es más reciente y resultado de una amplia restauración que se llevó a cabo a fines del siglo XIX. La tumba que contiene las reliquias se encuentra en el sector noreste del templo y es lugar de culto y oración de fieles y peregrinos. El templo ya había sido objeto de ataques en el pasado, sobre todo por parte de extremistas palestinos tras el (malinterpretado) discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona, en septiembre de 2006, que desencadenó protestas, violencias y ataques en el mundo islámico.
En estas horas el número de muertos en la Franja de Gaza sigue aumentando y - según las últimas informaciones - es inminente una invasión terrestre israelí. Ayer por la tarde Naciones Unidas comunicó que en las últimas 24 horas se registraron 307 muertes palestinas, y hay un total de 3.785 muertes en la Franja, de las cuales 1.524 son niños y 1.444 mujeres (pero la cifra podría ser mayor debido a los cuerpos que todavía se encuentran bajo los escombros). Hay 12.845 viviendas dañadas, 9.055 inhabitables y 121.000 ligeramente afectadas. Los desplazados internos por las bombas en Gaza son más de 527 mil (de un total de dos millones) y cerca de 12.500 heridos. En el frente opuesto, Hamás mantiene prisioneros a 203 israelíes y extranjeros y hasta el momento Israel suma 1.400 muertos, la gran mayoría de los cuales fallecieron en el primer ataque de las milicias el 7 de octubre.
17/12/2016 13:14
23/11/2023 16:23