Blinken se reunió también con Xi en los intentos de descongelar las relaciones
"Conversaciones francas y profundas" en Beijing para el Secretario de Estado estadounidense. Tras una larga y exhaustiva reunión con Wang Yi, también fue recibido por el presidente, que aplaudió los "progresos" logrados en las conversaciones bilaterales. Sobre la cuestión de Taiwán, Washington confirmó su postura en favor de "una sola China", pero también su preocupación por las "acciones provocadoras" en el Estrecho.
Beijing (AsiaNews/Agencias) - Media hora de encuentro con el presidente chino Xi Jinping. Tras horas de "conversaciones francas y profundas" con Wang Yi, el hombre fuerte del Partido para las relaciones internacionales, y con el ministro de Asuntos Exteriores Qin Gang. Así ha terminado hoy la visita a Beijing del secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, la primera reunión a este nivel desde 2018, que había sido aplazada en febrero por la crisis de los globos espía.
Desde la víspera, la consigna había sido reducir las tensiones en las relaciones, y el encuentro con el presidente Xi -que no estaba asegurado, ya que Blinken no es jefe de Estado- dio una clara señal del mensaje que Beijing quería transmitir. El presidente chino, tras estrechar la mano de su huésped estadounidense en el Gran Salón del Pueblo, saludó los "progresos" alcanzados en las conversaciones bilaterales.
La comunidad internacional, dijo Xi Jinping, "no quiere ver conflictos ni enfrentamientos entre China y Estados Unidos ni elegir un bando, y espera que los dos países coexistan en paz y mantengan relaciones amistosas y de cooperación. Ninguna de las partes debe intentar amoldar a la otra a su voluntad, y mucho menos privarla de su legítimo derecho al desarrollo".
Más allá de estas palabras y de la constatación de la reapertura de un diálogo franco entre ambas partes, muy poco se ha concretado sobre los puntos en los que Washington y Beijing podrían encontrar una convergencia. Los únicos resultados concretos que se anunciaron son el hecho de que el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Giang, corresponderá a su visita a Estados Unidos en los próximos meses y que habrá señales de deshielo en el plano de las conexiones aéreas y la cooperación cultural.
Por su parte, Blinken -que se reunió a solas con los periodistas- también informó de que las conversaciones habían sido "sólidas" y "constructivas". Sobre la guerra en curso, Beijing reiteró que no proporcionaría a Rusia ayuda con fines letales para utilizarla en Ucrania, pero Washington advirtió el riesgo de acciones similares por parte de empresas privadas chinas.
En cuanto a Taiwán -el centro de la confrontación diplomática en la actualidad-, Blinken reiteró la política de "una sola China" y la oposición de Estados Unidos respecto a la independencia de la isla, pero también advirtió sobre las "acciones provocadoras" de China en el Estrecho y las posibles consecuencias para la economía mundial. También añadió que Washington sigue "profundamente preocupado" por las violaciones de los derechos humanos, en particular en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong.
El secretario de Estado estadounidense también informó de que las conversaciones abordaron la cuestión del fentanyl, la droga sintética que es la principal causa de muerte entre los jóvenes en Estados Unidos: los dos países acordaron crear un grupo de trabajo conjunto contra la propagación de esta droga.
Por último, Blinken aseguró al pueblo y al gobierno chinos que Estados Unidos "no intenta contenerlos económicamente". El "gran éxito económico" de China, concluyó, también beneficia a Estados Unidos.
