Biskek celebra su sombrero, icono de la identidad nacional

de Vladimir Rozanskij

Todos los años se celebra un festival dedicado al kalpak, el típico gorro blanco de doble punta de los kirguises. Su forma recuerda los picos nevados de las cordilleras del país. Símbolo de dígito, sabiduría y honor, según la tradición no puede tirarse, ni siquiera regalarse o venderse a otros: sólo puede transmitirse a los descendientes.

Biskek (AsiaNews) - El 5 de marzo, Kirguistán celebró Ak Kalpak kunu, el «Día del sombrero» y del traje nacional, establecido oficialmente en 2016 para «preservar el significado» del típico sombrero blanco de dos puntas, «orgullo de las tradiciones nacionales y de la cultura del pueblo kirguís». El secretario de Estado, Sujunbek Kasmabetov, dirigió un mensaje de felicitación a todo el pueblo kirguís, recordando que «el traje nacional de cada pueblo es un espectáculo asombroso, que refleja su historia y su carácter».

El mensaje reiteraba que «cada aspecto de estos trajes, su tejido, estilo o decoración, tiene un profundo significado, que permite conectar generaciones». En la era de la globalización, es más fácil olvidar y perder la propia historia, sobre todo con el telón de fondo del desarrollo cada vez más rápido de las tecnologías, por lo que «la tarea de transmitir a nuestros hijos las tradiciones, la lengua y toda la herencia de nuestros padres» es aún más importante. Según Kasmabetov, estos símbolos «inspiran admiración en personas de todo el mundo, subrayando la singularidad única de la cultura kirguís».

Este año se presentará una propuesta para incluir el tocado femenino Ak Eleček, el turbante blanco cónico que también envuelve el cuello, en la lista del patrimonio cultural de la humanidad de la UNESCO, con el fin de destacar también la versión femenina del patrimonio kirguís. La fiesta del sombrero comenzó a celebrarse en los años anteriores a la aprobación del Žogorku Keneš, cuando en 2011 el director Rysbek Žabirov lanzó la iniciativa a principios de marzo, el mes de la primavera, para asociar el sombrero nacional con el florecimiento de las campanillas de invierno, y la celebración se hizo inmediatamente muy popular.

La forma y la decoración del kalpak pretenden transmitir los principios de la filosofía del pueblo kirguís, ya que a partir de ellas se puede saber la edad y el estatus social de sus propietarios, y hoy en día se sigue utilizando no sólo en las solemnidades, sino también cuando se va a trabajar o a visitar a los amigos, y por supuesto en todas las fiestas populares, locales y nacionales. Regalar el kalpak también forma parte de la etiqueta de las relaciones estatales, y se ofrece a los invitados extranjeros o se otorga junto con un nuevo cargo que se asume públicamente. En los acontecimientos deportivos, los campeones kirguisos lo lucen en los uniformes de desfile de las competiciones internacionales.

Al Kalpak se le considera «el símbolo de las montañas y la pureza», ya que su forma se asemeja a los picos nevados de las cordilleras kirguisas. En el relato épico Manas, que lleva el nombre del héroe legendario que unió al pueblo kirguís, está escrito que «los kirguís son el pueblo que lleva el Kalpak blanco, cuya parte superior es siempre blanca como los picos de las montañas Tjan-Šan, mientras que la base es oscura como el suelo que hay bajo ellas». El Kalpak debe conservarse en un estado de absoluta limpieza, no puede tirarse ni sacudirse, debe quitarse siempre con las dos manos y colocarse en su lugar dedicado, o junto a él. No puede regalarse ni venderse a otros, y sólo puede transmitirse a los descendientes.

Los kirguises creen que si el sombrero se pierde o se regala a extraños, la persona pierde su propia dignidad, sabiduría y honor. Aunque los kalpaks kirguises varían en su corte, están cosidos principalmente por cuatro cuñas que se ensanchan en la parte inferior, y los fuelles no están cosidos a los lados, lo que permite subir o bajar el ala. Los diseños se bordan tradicionalmente con hilos de seda, el ala suele forrarse de terciopelo negro y la parte superior se adorna con una borla que cuelga de la parte delantera.

Detrás de la sencillez externa de este sombrero se esconde una comodidad y practicidad confirmadas desde hace siglos, y también se considera el tocado más «democrático», llevado por hombres de todos los estratos sociales, desde el Khan hasta el miserable, desde el joven hasta el anciano, aunque se puede reconocer la personalidad del portador por las formas y colores: los altos funcionarios y los artistas llevan un Kalpak más alto que la gente normal. En la festividad del 5 de marzo, la policía lo entrega a los que infringen las normas de circulación en lugar de una multa, para recordarles la «rectitud» del pueblo kirguís.