Bishkek, contra la violencia contra las mujeres y la inercia policial

de Vladimir Rozanskij

Manifestaciones en varias ciudades tras el secuestro y asesinato de Aizada Kanatbekova, de 26 años. El secuestrador, Zamirbek Tenizbaev, de 36 años, quería casarse con ella. Ya había sido condenado varias veces por violencia. Se sospecha que algunos policías estuvieron involucrados en el secuestro. La lucha contra el "secuestro conyugal".

Moscú (AsiaNews) - El 8 de abril se realizaron manifestaciones en contra de la violencia contra las mujeres en Bishkek y Oša, tras el secuestro y asesinato de una joven. Los manifestantes pidieron la renuncia del ministro del Interior. La convocatoria a la marcha de Bishkek dice: “Toda la ciudad está conmocionada por la historia del secuestro y asesinato de la joven Aizada Kanatbekova. El secuestro se produjo a primera hora de la mañana en el centro de la ciudad. La policía tenía el video de vigilancia, el número de placa y la marca del auto de los secuestradores, pero no hizo nada para salvar a la joven. Si estás de acuerdo en que todo esto no es normal, te invitamos a salir con nosotros a manifestarte contra la violencia ”.

Aizada, de 26 años (a la derecha en la foto), fue secuestrada el 5 de abril. Perdió muy pronto a su padre y vivía sola con su madre, Nazgul Shakenova. Se graduó en la Universidad turco-kirguisa de Manas, practicaba voleibol a nivel nacional, era activista de derechos humanos y se ofreció como voluntaria durante la pandemia. Muy querida por quienes la conocían, soñaba con comprarle una casa a su madre y no tenía planes de casarse; sus amigas dicen que "amaba la vida y la vivía con intensidad".

Su agresor, Zamirbek Tenizbaev, de 36 años (a la izquierda en la foto), ya había sido condenado varias veces por violencia. Había regresado de Rusia a Kirguistán en 2017 y era transportista, vivía en la calle y dormía en un automóvil alquilado a un familiar. A las 7 de la mañana del 5 de abril, Zamirbek atacó a Aizada con la ayuda de cuatro personas cuando ella se dirigía al trabajo. El secuestrador se comunicó con los familiares para decirles que no podía vivir sin Aizada, a quien había estado molestando durante semanas. El 7 de abril un pastor encontró un coche con el cuerpo de Aizada, asfixiado con una camiseta, y el de Zamirbek, que se suicidó tras infligirse numerosas heridas con un cuchillo.

El trágico hecho tuvo una resonancia especial debido a la inercia de la policía que agravó aún más el escándalo del crimen. No solo eso, aparentemente algunos policías estuvieron involucrados en el secuestro "con fines matrimoniales". Algunos policías habrían advertido a los familiares de Aizada que "se preparen para recibir a los novios, porque Aizada tiene que casarse". Al principio, sólo se registró en la comisaría el "robo de un coche", que luego se convirtió en un secuestro cuando estalló el escándalo.

En las marchas se puso de manifiesto la indignación de toda la población kirguisa por las costumbres medievales de opresión de la mujer, y se llegó incluso a pedir la renuncia del ministro Ulan Nijazbekov, al que acusan de encubrir a los policías implicados en el caso. La multitud pidió que se endurezcan las sanciones contra la práctica del "secuestro matrimonial", en kirguís ala kachuu, y el Primer Ministro Ulubek Maripov - quien asumió su cargo tras las elecciones en febrero - se ha comprometido a revisar las leyes al respecto. El pueblo pide que se detenga a todos los que participaron en el secuestro y se los condene por complicidad en el asesinato. La policía arrestó a cuatro sospechosos.

Aizada Kanatbekova fue enterrada en su pueblo natal de Balykcy. Tenía en el bolsillo un boleto para Estambul, donde comenzaría a trabajar para comprarle una casa a su madre. Ahora su nombre se ha convertido en el comienzo de la redención de las mujeres kirguisas ante la prepotencia de los varones.