Bihar: destrozan un hospital de religiosas por la muerte de un paciente
Un tropel de 30 personas irrumpió en las pequeñas instalaciones de las Hermanas de la Caridad de Nazaret, en Mokama, aterrorizando a los pacientes. La violencia se desencadenó porque no pudieron reanimar a un hombre de 40 años que llevaron al hospital herido por un disparo.
Patna (AsiaNews) - El ataque de una turba enfurecida por la muerte de un paciente destrozó el hospital de las Hermanas de la Caridad de Nazaret en Mokama, en el estado indio de Bihar. En la noche del 15 de julio, unas 30 personas destruyeron las pequeñas instalaciones. En el momento de la agresión había once pacientes internados en la única sala de obstetricia y ginecología, ubicada junto a algunos consultorios para pacientes ambulatorios y un servicio de fisioterapia.
La religiosa que se encontraba presente en ese momento en el hospital, la hermana Aruna Kerketta, también fue golpeada cuando intentó informar a la administración de lo que estaba ocurriendo. El hecho es aún más grave porque la policía local se limitó a observar los desmanes, sin intervenir.
La violencia se desencadenó por un hombre de 40 años, Pankaj Kumar Singh, que recibió un disparo cuando regresaba del trabajo a su casa en motocicleta. La multitud lo llevó al hospital de las monjas gritando que prepararan todo y llamaran a un médico. El médico comprobó que el hombre ya estaba muerto, pero siguieron afirmando que no era cierto y que solo debían reanimarlo. Entonces comenzaron a destrozar las instalaciones, aterrorizando a las enfermeras y los pacientes.
El arzobispo de Patna, Mons. Sebastian Kallupura, comentó a AsiaNews: “Me entristece mucho el incidente. Esas hermanas sirven a los pobres dando testimonio de un verdadero espíritu misionero y trabajan incansablemente por la gente, especialmente por las mujeres y los niños, sin discriminación. Rezo por el personal del hospital y también por los que cometieron esa atrocidad”.
No es el primer episodio de violencia que ocurre en este hospital. En 1979 algunas personas que nunca fueron identificadas dispararon contra el padre Francis Martinsek, un misionero jesuita estadounidense que se desempeñaba como capellán. El sacerdote falleció a consecuencia de las heridas