Beirut, después de años de "estado de coma" revive el Consejo Supremo chií. El papel clave de Hezbolá
En camino las nuevas elecciones para el Consejo, que regresa al centro del escenario después de años de estancamiento. En el pasado luchó en defensa de los derechos de los marginados del sur y la construcción de escuelas, hospicios y clínicas médicas. Hezbolá entra con fuerza en el órgano legislativo-religioso, hasta ahora en manos de Amal. El proceso de liberación de Teherán.
Beirut (AsiaNews) - Comienzan las elecciones del nuevo Consejo Supremo chií, un cuerpo establecido el 19 de diciembre de 1967 por el Imam de origen iraní Musa al-Sadr, para garantizar a la comunidad chií libanesa un peso político – faltante en aquel tiempo - dentro del gobierno. Después de años de estancamiento o, más comúnmente, en "estado de coma", el Consejo estaba entrando en un período de declive tras la "desaparición" de su fundador durante una visita oficial a Libia en 1979.
La crisis se hizo más grave tras la muerte de su sucesor Muhammad Mehdi Shams El Din, en el 2001. Desde entonces la actividad del Consejo Superior chií – en la base del nacimiento y la emancipación de la comunidad chiíta libanesa - se limito a formalizar las horas de oración y ayuno en el mes sagrado del Ramadán.
En 2005 se produjo la publicación en la red de la página web del Consejo, llamada un "gran innovación." De hecho, ha sido criticada por la mayoría de los chiíes por no haber aportado ningún progreso o bienestar de la comunidad. Cabe recordar que el Consejo Supremo chiita estaba no sólo a la vanguardia en la defensa de los derechos de los marginados del sur, de mayoría chií, sino también de motor en la construcción de escuelas, hospicios y clínicas médicas. También es la base del primer movimiento político chiita, el "Movimiento de los Necesitados" de 1974, seguida de la creación de la milicia Amal (La Esperanza) buscado por el imam al-Sadr en enero de 1975, cuatro meses antes del estallido de la guerra civil, para defender los chiitas.
La decisión de reactivar el órgano supremo religioso chií en el Líbano se produce al final de una serie de consultas intensivas, sin descanso y sin gran fanfarria mediática, ha sido lanzada la semana pasada. Reuniones de alto nivel entre Amal y Hezbolá, se intensificaron después de la crítica del patriarca Beshara Rai - un rayo caído del cielo - en el curso de una entrevista con Sky News, en la que el cardenal denunció la "participación de Hezbollah en la guerra en Siria."
El Consejo Supremo chií libanes siempre ha sido el organismo encargado de hablar en nombre de la comunidad chiita con otros líderes religiosos, entre ellos el Gran Mufti (sunita) de la República y con la sede patriarcal de Bkerké. Para muchos este anuncio destinado a revitalizar el Consejo es la respuesta clara a Bkerké y la advertencia indirecta de no iniciar una carrera de armamentos. Los analistas y los expertos señalan que esta sería la primera vez que el movimiento chiita libanés no respondió abiertamente a las críticas en su contra. Y, lo más importante, de un actor interno en el plano político, religioso, e institucionales de cedros del país. De hecho, la respuesta - en forma velada - ha llegado en menos de una semana.
Más que una elección, como debería ser, se trata esta vez de una asignación; novedad absoluta, Hezbolá entra con fuerza en el órgano legislativo-religioso (shar'i), hasta ahora mantenido exclusivamente - a partir de la fundación del Consejo – por el Partido Amal.
Fuentes de AsiaNews dijeron que el acuerdo entre Amal y Hezbolá prevé otorgar dos religiosos de los dos movimiento al interiro del órgano que toma decisiones: se trata del jeque Abdel Amir Kabalan, que según los rumores será "elegido" como presidente del Consejo Supremo chií; Por otra parte, conforme a lo dispuesto en el acuerdo la vicepresidencia será asignada después de la "elección", al juez Sheikh Ali Al Khatib. Ellos tienen el visto bueno tanto de Amal como del Hezbolá, si bien dice que ha insistido en que este último cargo fuera pensado para Sheikh Muhammad Kanaan.
El Consejo Supremo chií parece salir del control total del partido Amal después de la hegemonía que duró más de un cuarto de siglo; un proceso de liberación, en un momento en el que la comunidad chií en el Líbano siente que tiene que tener voz fuerte también en el plan de interpretación dogmática, en el contexto de una tendencia centrífuga del ala iraní.
El mundo musulmán chiita siempre ha considerado los libaneses (chiíes) como los más fuertes partidarios de la derecha Árabe al liderazgo [Marjaiiya, ndr] religioso chiita. Encontraron en esta su aspiración con el pleno apoyo del líder religioso chiita iraquí Muqtda al-Sadr. Esto mientras que en Irak la Marjiyya del ayatolá Sistani sigue siendo predominante y a menudo compiten en el nivel de la interpretación del mensaje divino con las enseñanzas del Ayatolá iraquí al-Khoiyi. Por lo tanto, está en el horizonte un nuevo mapa de la exégesis coránica, sigue abierta a la interpretación y la investigación científica en los chiíes; una actitud opuesta a la comunidad suní, que considera cerrada la "Iytihad", la exégesis y el estudio de interpretación teológica. En los últimos años han florecido en el Líbano varias escuelas de interpretación chiita; de aquí la más urgente necesidad, no sólo política, para dar respuestas religiosas definitivas y autoritarias a las cuestiones relativas a la vida espiritual de los fieles.
17/12/2016 13:14
13/12/2019 12:06
05/01/2021 11:06
01/10/2021 10:27