Beirut, de la tregua a las elecciones presidenciales: el verdadero nudo de la crisis libanesa
Nueva sesión para la elección del jefe del Estado el 9 de enero. «Ha llegado la hora de la verdad para los libaneses, especialmente para la comunidad chiíta. Después del alto el fuego será la prueba decisiva para el futuro. El probable regreso de Hezbolá a un «papel político».
Beirut (AsiaNews) - «¿Era realmente necesario el choque bélico?». Esta es la pregunta que se hacen los libaneses, aturdidos por el último día de bombardeos israelíes insensatos e incesantes que causaron al menos 30 muertos y, al mismo tiempo, felices por un alto el fuego en el que habían perdido toda esperanza. En cuanto entró en vigor el alto el fuego, decenas de miles de desplazados -muchos de ellos mostrando la «V» de la victoria- comenzaron a regresar a las ciudades y pueblos de los que habían sido expulsados desde el 23 de septiembre tras la repentina orden de evacuación israelí. En el sur del Líbano, sin embargo, el regreso ha planteado una serie de problemas.
En su impaciencia, muchas familias tomaron carreteras o se dirigieron a pueblos donde el ejército israelí seguía en pie de guerra. Ayer, un reportero recibió un disparo en la pierna y otro resultó herido por disparos de tanques israelíes a los que se había acercado demasiado. Finalmente, el ejército (IDF) impuso una prohibición de circulación nocturna en todas las carreteras dentro de su zona de tiro, mientras que se enviaron tropas blindadas libanesas a Marjeyoun para impedir cualquier contacto entre la población y los soldados israelíes.
Desde el punto de vista político, el alto el fuego fue recibido con reacciones encontradas. Para algunos libaneses, que secretamente esperaban que Israel «acabara el trabajo», el partido proiraní Hezbolá es «todavía demasiado fuerte». En el campo opuesto, se argumenta que Beirut «ha hecho demasiadas concesiones sobre su soberanía» y que el acuerdo beneficia a Israel. Pero más allá de estas primeras reacciones, los círculos políticos intentan comprender «si la comunidad chiíta ha despertado por fin de su sueño hegemónico», tras el shock de la guerra que devastó el País de los Cedros y dejó casi 4.000 muertos y 16.000 heridos.
Sí, dicen personas cercanas al partido político-militar, que reconocen que el movimiento chií libanés 'ha salido considerablemente debilitado de esta guerra'. «Insiders» añaden que “si el primer día del alto el fuego fue una verdadera prueba para la popularidad de Hezbolá, la guerra contra Israel y sus catastróficos resultados han puesto fin a su papel regional, aunque persiste la incertidumbre sobre sus armas y su financiación”.
Un analista local, consultado por AsiaNews bajo condición de anonimato, subraya el papel del presidente de la Cámara de Representantes, Nabih Berry, chiíta, considerado «el principal artífice del alto el fuego», así como la figura capaz de dirigir «la próxima fase». En un discurso televisado, declaró que «ésta es la hora de la verdad para todas las comunidades que componen el Líbano, pero en particular para la comunidad chií».
Con la preocupación por la unidad de los libaneses a la cabeza de su agenda, Berry anunció, como había prometido, la elección lo antes posible de un presidente de la República «que no sea un desafío para nadie», identificando a una personalidad capaz de garantizar la cohesión nacional. En este sentido, la noticia de que la Mesa de la Cámara ha fijado el 9 de enero del próximo año como fecha para la sesión en la que se elegirá al jefe del Estado que sucederá a Michel Aoun tras más de dos años de vacante está a pocas horas de producirse.
Mientras tanto, en la pantalla del canal de televisión Nbn, que él controla, el Presidente de la Cámara pidió que apareciera el lema «Líbano, patria definitiva», palabras que hacen referencia al Acuerdo de Taif (1989), que puso fin a la guerra civil iniciada en 1975. No es casualidad que esta expresión se haga eco de la última declaración pública del jeque Naïm Kassem, nuevo secretario general de Hezbolá, en la que daba luz verde, al menos en el plano verbal, a lo que muchos libaneses esperan: el regreso del Partido de Dios al Acuerdo de Taif y al panorama institucional. El dignatario también dio a entender que Hezbolá se limitará en adelante a «su papel político».
El discurso de Berry, calurosamente acogido por los círculos de la oposición, ha coincidido con la llegada a Líbano del enviado presidencial francés, Jean-Yves Le Drian, a quien el presidente Emmanuel Macron ha asignado precisamente facilitar la elección de un presidente de la República. El diplomático se reunirá hoy por la mañana con el primer ministro Nagib Mikati y con el propio Nabih Berry, tras lo cual será recibido en la Residencia de los Pinos por los embajadores que forman parte del quinteto París-Egipto-Arabia Saudí-Egipto-Qatar, encargado de establecer contactos y facilitar la elección presidencial.
El principal candidato a la presidencia sigue siendo el comandante del ejército, el general Joseph Aoun», subraya Scarlett Haddad, de L'Orient-Le Jour (LOJ), “pero todavía no hay nada seguro y puede que se le necesite más como jefe y líder del ejército que como jefe de Estado”. Paralelamente a la llegada del ex ministro francés de Asuntos Exteriores, el arquitecto americano del alto el fuego, Amos Hochstein, anunció anoche la entrada en Líbano de un equipo americano asociado al comité de seguimiento del acuerdo de tregua. «Debemos apoyar al ejército libanés, a la economía libanesa y al pueblo libanés, o volveremos al conflicto», advirtió durante una reunión informativa en línea con la comunidad libanesa-estadounidense en Washington.
Al comentar el acuerdo de alto el fuego entre Líbano e Israel, Hochstein subrayó: «No se trata de una tregua de 60 días, sino de un alto el fuego permanente». En su opinión, el periodo de unos dos meses da tiempo al ejército libanés para desplegarse gradualmente con eficacia. El gobierno libanés ha dado luz verde al despliegue del ejército en el sur del Líbano», concluyó el principal arquitecto del alto el fuego, “y al desmantelamiento simultáneo de la infraestructura militar de Hezbolá”.
Por último, analistas y expertos señalan que, en virtud del acuerdo, Estados Unidos y Francia se unirán al mecanismo tripartito creado tras la guerra de 2006, que reúne a la Fuerza Interina de las Naciones Unidas (Unifil), Israel y Líbano. Este mecanismo, presidido ahora por Estados Unidos, tiene como objetivo mantener una comunicación «directa» entre las distintas partes y garantizar que «cada vez que se identifique una violación, en particular una violación grave», «se aborde inmediatamente» para evitar una escalada.
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