Beijing: reaccionaremos a las sanciones de la Unión Europea
La UE adoptará medidas punitivas por la represión de los uigures en Xinjiang. Europa también aprobará sanciones en abril por la violación del principio de "un país, dos sistemas" en Hong Kong. Los chinos admiten que las restricciones estadounidenses se hacen sentir. El Mar de China Meridional y Taiwán son otros temas de discordia entre los europeos y China.
Bruselas (AsiaNews) - China amenaza con responder si la Unión Europea sigue adelante con la propuesta de sanciones por la violación de los derechos humanos en Xinjiang. A pesar de la reciente firma de un importante acuerdo bilateral de inversión, el enfrentamiento entre Beijing y Europa parece ampliarse, incluyendo las preocupaciones europeas por la situación en Hong Kong y la presión china sobre Taiwán y el Mar de China Meridional.
La advertencia sobre Xinjiang provino ayer de Zhang Ming, embajador chino ante la UE, durante un debate en línea organizado por el European Policy Centre. El 22 de marzo los ministros de Relaciones Exteriores de la UE darán luz verde a las sanciones contra cuatro altos funcionarios y un organismo de Beijing, acusados de reprimir a los uigures y otros grupos de habla turca de Xinjiang, al que la población local llama "Turkestán Oriental". Según los especialistas, confirmado por Naciones Unidas, más de un millón de musulmanes de la región se encuentran detenidos arbitrariamente en campos de concentración.
Recientes revelaciones de la prensa también han identificado la existencia de campos de trabajos forzados en la región autónoma de China, donde cientos de miles de uigures, kazajos y kirguises son obligados a trabajar sobre todo en la cosecha de algodón. Según algunos investigadores el gobierno chino también está llevando a cabo una campaña de esterilización forzada para controlar el crecimiento de la población de origen uigur.
Los chinos niegan todas las acusaciones y afirman que en Xinjiang hay centros de formación profesional y proyectos para reducir la pobreza y combatir el terrorismo y el separatismo. El embajador Zhang dijo que los "centros de desradicalización" para los musulmanes no son diferentes de los que tienen Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
Los chinos temen las sanciones, una herramienta que a menudo critican. La semana pasada el Ministerio de Relaciones Exteriores de China admitió que las restricciones estadounidenses, especialmente la prohibición de importar algodón, están perjudicando la economía de Xinjiang. El problema con las europeas es que probablemente sean demasiado débiles.
Muchos países europeos están reconsiderando su enfoque con respecto a China. Lituania, por ejemplo, quiere promover la cooperación con Beijing sobre la base del respeto de los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho. Lo que afirma Vilnius también se aplica al futuro de Hong Kong. En abril, la UE adoptará medidas para castigar la decisión de Beijing de cambiar la ley electoral de la ex colonia británica. La Unión considera que la decisión del gobierno central chino es contraria al principio de "un país, dos sistemas", que debería garantizar a la ciudad una cierta autonomía política y económica respecto de la madre patria.
Por su parte, la OTAN ha pedido a la UE y Estados Unidos que actúen juntos para detener la política agresiva de China en todo el mundo. Francia envió recientemente sus barcos militares en misiones al este de Asia que incluyeron dos pasos por el Mar de China Meridional, sobre el cual Beijing reivindica el 90%. Alemania y Gran Bretaña harán lo mismo este año y Londres dijo que se dispone a enviar uno de sus dos nuevos portaaviones.
Varios eurodiputados también pidieron apoyo para Taiwán, al que se considera un ejemplo virtuoso de democracia. Para la China comunista, la isla es una provincia rebelde que se debe recuperar por la fuerza si es necesario. La prensa francesa informó que el mes pasado el embajador chino en Francia, Lu Shaye, advirtió al senador Alain Richard que no visitara Taipei el próximo verano. La solicitud fue formulada en una dura carta, en la que Lu descarta el viaje como una violación del "principio de una sola China" y una señal "equivocada" de apoyo a la independencia de Taiwán.
Algunos senadores de París han prometido una "respuesta clara" a los ataques del representante chino. En el pasado se verificaron iniciativas similares de diplomáticos chinos dirigidas al alcalde de Praga, Zdeněk Hřib, por la propuesta de hermanamiento de su ciudad con Taipei.