Beijing y Nueva Delhi intercambian acusaciones por disparos en la frontera

No hay víctimas, pero es la primera vez desde 1975 que vuelan balas a lo largo de la frontera en disputa. Desde mayo, las dos partes acumulan tropas entre Ladakh y Tibet. Ambos se oponen a la construcción de rutas en sus respectivos lados de la frontera. Soldados chinos acusados de secuestrar a cinco jóvenes indios en Arunachal Pradesh. Nueva Delhi podría jugar la “carta del Tibet” en las negociaciones. Especialista indio: solo son exhibiciones simbólicas de fuerza.

Beijing (AsiaNews) – China e India se acusan recíprocamente de haber disparado armas de fuego a lo largo de la frontera himalaya, donde están acumulando tropas desde principios de mayo. No hay víctimas, pero es la primera vez desde 1975 que vuelan proyectiles en la zona que se disputan los dos países.

El incidente habría ocurrido ayer cerca del puesto de Pangong Tso, en la frontera provisoria (Line of Actual Control, LAC) que separa el Ladakh indio del Tibet. El ejército chino afirma que unidades indias cruzaron la frontera, y cuando llegaron las fuerzas de Beijing los militares indios habrían disparado un número indeterminado de tiros. El Ministerio de Defensa indio dio una versión diferente: habrían sido las tropas chinas las que se acercaron a un puesto fronterizo indio y abrieron fuego.

En 1996 los dos gobiernos firmaron un acuerdo en virtud del cual se comprometieron a no utilizar armas de fuego a menos de dos kilómetros de la LAC. Eso no impidió que se produjeran enfrentamientos “a mano limpia” entre las dos partes. El 15 de junio tropas indias y chinas se enfrentaron en el valle de Galwan entre Ladakh y el Aksai Chin chino. Murieron 20 soldados indios y un número indeterminado de militares chinos. Según los informes de prensa, Beijing habría enviado sus tropas en respuesta a la construcción de una ruta del lado indio a lo largo de la frontera.

Los dos países comparten una frontera de 3.488 km en la accidentada región del Himalaya, por la cual libraron un breve pero sangriento conflicto en 1962. Nueva Delhi reivindica extensos sectores de Aksai Chin (que los chinos obtuvieron de Pakistán); Beijing plantea pretensiones sobre el estado indio de Arunachal Pradesh. Durante los últimos 45 años, las dos Fuerzas Armadas se han enfrentado varias veces, sin que se registraran víctimas.

En estos días, la tensión también se ha disparado debido a la desaparición de cinco jóvenes indios en Arunachal Pradesh. Sus familias afirman que fueron secuestrados por soldados chinos. El gobierno de Nueva Delhi aún no ha hecho una declaración oficial sobre el incidente. Ram Madhav, secretario general del Partido Bharatya Janata, sin embargo, asistió hoy al funeral de un soldado indio de origen tibetano que fue herido de muerte el 29 de agosto por la explosión de una mina en la LAC.

Los analistas consideran que la presencia de Madhav es una señal de que el partido del primer ministro Narendra Modi está dispuesto a jugar la carta del Tíbet, militarizado por Beijing para reprimir la identidad cultural de la comunidad budista local, en la disputa fronteriza.

Los ministros de Asuntos Exteriores de los dos países deberían encontrarse en Moscú en los próximos días para intentar detener la escalada. Swaran Singh, profesor de estudios internacionales de la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi, explicó a Asia News que mientras los principales líderes chinos e indios estén dispuestos a discutir, las escaramuzas fronterizas seguirán siendo solo demostraciones de fuerza “tácticas y simbólicas”. El académico indio considera que los dos gigantes tienen relaciones “demasiado entrelazadas” para que puedan llegar a un verdadero conflicto.