Beijing usa el reconocimiento facial para localizar a refugiados norcoreanos

Los sistemas de vigilancia y la inteligencia artificial aumentaron los riesgos y los costos para quienes intentan huir del régimen de Kim. Si un rostro no coincide con un perfil, la policía está lista para intervenir. El Covid-19 y la vigilancia redujeron el número de fugitivos. Los honorarios que cobran los "intermediarios" aumentaron a 10-15 mil dólares.

Beijing (AsiaNews) - La tecnología de reconocimiento facial que utiliza Beijing aumenta el riesgo de captura de los refugiados norcoreanos, al tiempo que eleva los precios que piden los traficantes que organizan la fuga cruzando la frontera. Según fuentes de Radio Free Asia (Rfa) con contactos en el entorno de los contrabandistas, la mayoría intenta cruzar la frontera norte hacia China; sin embargo, los sistemas de control y el uso de la inteligencia artificial en China -con cámaras en cada calle, plaza y estaciones de tren- permiten rastrear cada paso de los vehículos y personas.

A esto se suma el hecho de que casi todos los residentes chinos están registrados en una base de datos del gobierno, por lo que es fácil encontrar a los norcoreanos que no figuran en la lista cada vez que son interceptados y encuadrados por una cámara. "Cuando un rostro no coincide con un perfil", señala Seo Jae-pyoung, director de la Asociación de Desertores Norcoreanos, un grupo de apoyo con sede en Corea del Sur, "la policía está dispuesta a investigar a la persona para determinar por qué".

Aunque es difícil saber con certeza si el software ha provocado la captura de refugiados y exiliados norcoreanos en China, está igualmente claro que su uso generalizado ha aumentado el costo y los riesgos de huir. Ya el pasado mes de marzo, añadió Seo, el software de vigilancia parece haber sido uno de los "factores clave" en la captura de un grupo de cinco o seis refugiados del Norte y un intermediario local que les ayudaba "en su desplazamiento" al territorio chino. Es "muy probable" que fueran capturados por agentes chinos "cerca de la ciudad nororiental de Dalian" y supuestamente fueron descubiertos porque "desconocían los peligros de la tecnología de reconocimiento facial y rastreo".

El activista confirmó que la tecnología basada en la inteligencia artificial, utilizada a gran escala por Beijing, ha aumentado los riesgos para los norcoreanos que quieren huir del régimen de Kim. China suele ser la primera escala hacia las naciones del sudeste asiático antes de llegar a Seúl como destino final del desesperado intento migratorio. Según los expertos, esta podría ser una de las razones por las que está disminuyendo el número de norcoreanos que consiguen llegar a Corea del Sur. Entre 2001 y 2019, más de mil refugiados del Norte entraron en el Sur cada año, con un pico de 2.914 en 2009. Sin embargo, el número cayó a 229 en 2020 y luego a dos dígitos en 2021 y 2022, según datos del Ministerio de Unificación surcoreano.

Por supuesto, las cifras también se vieron afectadas sobre todo por las fuertes restricciones aplicadas a los viajes a partir de febrero/marzo de 2020 por la pandemia de Covid-19, durante las cuales Beijing y Pyongyang sellaron la frontera de 1.350 kilómetros. A esto, sin embargo, los expertos añaden también la contribución de la tecnología de reconocimiento facial, que ha empujado a muchos a desistir del deseo de huir, entre otras cosas porque en caso de captura y repatriación los castigos en los campos del régimen de Kim son durísimos, incluso mortales.

Choo Jaewoo, profesor del Departamento de Lengua y Literatura Chinas de la Universidad Kyung Hee de Seúl, señaló que la tecnología está tan avanzada que Beijing puede vigilar a los fugitivos a petición de Pyongyang. “Si Corea del Norte solicita el seguimiento de una persona concreta y China lo acepta, el riesgo de ser detectado por la tecnología de reconocimiento facial podría ser mucho mayor", advirtió el académico.

El software también aumenta el riesgo para los intermediarios, lo que los lleva a subir los precios. Antes de que la tecnología de reconocimiento facial estuviera tan extendida, cruzar a China con la ayuda de un intermediario costaba unos 2.000 dólares por refugiado, mientras que ahora cuesta entre 10.000 y 15.000 dólares y los precios continúan subiendo. Antes, los fugitivos podían al menos ver venir a la policía e intentar evitarla, o esconderse cuando oían las sirenas. "Ahora estamos expuestos a más miedos invisibles, y sin darnos cuenta”, concluyó Ji Chul-ho, de Now Action & Unity for Human rights, una organización surcoreana que ayuda a los fugitivos del Norte. "Es un problema serio".