Beijing se ofrece como mediador de paz en el Cuerno de África
Es la primera vez que los chinos se ofrecen para desempeñar un papel directo en la resolución de conflictos. Las grandes inversiones del gigante asiático requieren estabilidad en una región marcada por guerras y golpes de Estado. Sin embargo, China no quiere pasar por un actor externo que interfiere en los asuntos regionales: acusación que dirige a EE.UU. y Europa.
Beijing (AsiaNews)- China se ofrece como mediador para resolver los diversos conflictos que viven los países del Cuerno de África, afirmó ayer el enviado especial chino para la región, Xue Bing, durante su intervención en una conferencia sobre "paz y gobernabilidad" que tuvo lugar en la capital etíope, Addis Abeba.
La oferta no es un paso intrascendente para el gigante chino, que nunca ha desempeñado un papel real en la mediación de conflictos. En las negociaciones que desembocaron en la firma del acuerdo internacional sobre la energía nuclear iraní en 2015, Beijing había ejercido un papel de "facilitador" entre las partes (EEUU e Irán), en cierto modo subordinado al de la Unión Europea y sin duda no como actor principal en la mesa de negociaciónes.
Para la guerra ruso-ucraniana, muchos líderes y observadores han invocado la intercesión de China para detener el ataque de Moscú. Los chinos se negaron por consideraciones estratégicas y de interés nacional, pero también porque todavía no han desarrollado habilidades diplomáticas suficientes para mediar en una situación tan compleja, alejada de su ámbito tradicional de actuación en Asia.
Los grandes intereses económicos parecen haber empujado a China a asumir un papel más proactivo en las dinámicas geopolíticas del Cuerno de África. Según China Africa Research Initiative, si excluimos a la Unión Europea en su conjunto, China es el primer país inversor en África. En 2020 el flujo de inversiones alcanzó los 4.200 millones de dólares. Entre los cinco principales beneficiarios se encuentran dos países del Cuerno de África: Kenia y Etiopía.
Beijing también tiene importantes intereses en Djibouti, donde ha construido su primera y hasta ahora única base naval fuera de sus fronteras nacionales. Sudán y Sudán del Sur, por otro lado, son proveedores de petróleo, y tiene relaciones económicas menos significativas con Eritrea y Somalia.
En su discurso Xue admitió que los numerosos problemas fronterizos que envuelven la zona son difíciles de gestionar, sobre todo porque se complican con tensiones étnico-religiosas. Somalia ha sido un campo de batalla durante más de 30 años y los fundamentalistas islámicos de al-Shabab controlan parte del territorio, desde donde lanzan ataques en Kenia. Desde noviembre de 2020 el gobierno etíope está en guerra con las fuerzas que controlan la región de Tigray, también atacada por las fuerzas de Eritrea. Sudán y Sudán del Sur tienen problemas fronterizos sin resolver. El primero vive en la inestabilidad desde hace años y desde octubre está gobernado por los militares.
En ese contexto, Xue señaló que China quiere ayudar a resolver las múltiples disputas respetando la voluntad de los actores de la región, un esfuerzo que busca presionar a los estados del Cuerno de África para que se liberen de las "interferencias" externas. Traducido: de Estados Unidos y Europa.
Los chinos tratarán entonces de utilizar las promesas de nuevas inversiones en infraestructura. Los analistas observan, sin embargo, que es difícil que China sea reconocida como "un tipo diferente de actor externo" capaz de resolver los numerosos conflictos entre los países en cuestión, teniendo en cuenta también las demandas de diversos actores "no gubernamentales". Estados Unidos y los europeos nunca lo consiguieron y el comienzo no parece muy alentador para Beijing. Por ejemplo, Eritrea no participa en la conferencia de Addis Abeba. También está ausente Somalilandia, que de hecho es un estado en funcionamiento que gobierna un territorio reclamado por el gobierno somalí y que mantiene estrechos vínculos con Taiwán.
26/07/2018 16:54
07/06/2019 17:47