Beijing premia a los ‘Súper embajadores’ de la Nueva Ruta de la Seda
Los premiados son representantes de Pakistán, Sri Lanka, Maldivas, Malta y Bosnia-Herzegovina. El corredor económico sino-pakistaní es el “proyecto-estandarte” de la Belt and Road Initiative. Sin embargo, los países del Sur de Asia albergan cada vez mayores temores por la “trampa de la deuda con China”. Entre los premiados, figura D’Alema.
Beijing (AsiaNews/Agencias)– Las autoridades de Beijing han conferido un reconocimiento especial a los embajadores de Pakistán, Maldivas, Sri Lanka, Malta y Bosnia-Herzegovina, elogiando la colaboración mostrada en pos del buen desarrollo del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda. Así lo confirma el Global Times, el diario oficial del Partido Comunista chino, que afirma que la premiación se llevó a cabo en Beijing el 24 de enero pasado. Entre los que recibieron el “Super Ambassador Award” figura Massimo D’Alema, el ex primer ministro italiano.
Según el órgano del partido, uno de los proyectos de punta de la Belt and Road Initiative (BRI, el nuevo nombre otorgado a la estrategia “One belt, One road”), es el Corredor económico sino-pakistaní (CPEC, China-Pakistan Economic Corridor). Este último es definido como el “proyecto estandarte” del mega-plan infraestructural de puertos, ferrocarriles, rutas y autopistas, con los cuales Beijing busca llegar al corazón de Europa con sus productos. La estrategia del BRI involucra a un total de 65 países de Asia, Europa y África.
Pakistán, con sus 57 millardos de dólares en inversiones chinas, es uno de los mayores beneficiarios de las ayudas. Sin embargo, recientemente, el gobierno de Imran Khan decidió cancelar un acuerdo en el rubro de energía para reducir el nivel de deuda contraída con Beijing.
En efecto, en los últimos meses se ha difundido cierta preocupación entre los países asiáticos por la llamada “trampa de la deuda” tendida por la superpotencia china. Los expertos consideran que el modelo de negocios promovido por Beijing pone en peligro los intereses nacionales. Uno de los países premiados, las Maldivas, en el pasado mes de noviembre lanzó críticas feroces contra el sistema de inversiones chino: de hecho, el gobierno de Malé ha acusado a China de “inflar los precios de los proyectos de infraestructuras para endeudar a las naciones”.
Ese mismo mes, Beijing tuvo que salir a rechazar la idea de que la economía de Sri Lanka se encuentra atrapada en una situación de déficit. Las críticas de los analistas derivan de otro acuerdo que favorece ampliamente a China: para asegurarse un pleno manejo de los intercambios económicos en el área, las autoridades chinas han comprado a Colombo la utilización del puerto de Hambantota, ubicado en el sur de la isla, por un período de 99 años.