Beijing mira más allá del sistema solar para 'colonizar' planetas habitables
El objetivo es completar el programa y hacerlo operativo para 2030 mediante imágenes de alta resolución. Un plan "ambicioso y significativo" para estudiar cuerpos celestes lejanos. La competencia económica y militar con Estados Unidos. La misión Zhurong a Marte y el lanzamiento de la nave espacial de carga Tianzhou 6.
Milán (AsiaNews) - Si el primer objetivo de China en el ámbito territorial -y terrestre- en el futuro inmediato es recuperar la isla "rebelde" de Taiwán, los programas a largo plazo van mucho más allá de las fronteras del sistema solar, en busca de "planetas habitables" que se puedan colonizar. Al menos éste es el ambicioso plan espacial de Beijing que, según explican expertos chinos del sector, debería estar finalizado y operativo a finales de 2030 con imágenes de alta resolución e investigaciones espectroscópicas.
Zhang Xuhui, vicepresidente ejecutivo de la China Academy of Aerospace Science and Technology Innovation, señala que el objetivo del plan denominado "Miyin" -aún en fase de desarrollo- es buscar nuevos planetas habitables fuera de la Tierra. Citado por el diario en idioma inglés Global Times, cercano al partido comunista, el experto afirmó durante una conferencia en Hefei, en el este del país, que los primeros pasos de esta nueva investigación deberían comenzar en 2030, cuando haya terminado el proceso de montaje del telescopio de base.
En busca de vida
Los investigadores se proponen realizar imágenes de alta resolución y observaciones espectroscópicas de diversos tipos de objetos con el fin de mapear el componente acuoso presente en el sistema solar. “El programa Miyin -agregó Zhang- es ambicioso y significativo, pero todavía se encuentra en la fase de desarrollo tecnológico. En el futuro irá progresando en su madurez a través de una serie de pruebas de vuelo y al mismo tiempo iremos haciendo nuevos avances científicos en el camino”. El programa espacial chino tiene varias etapas: en 2025 la estación espacial china será la base para experimentos en el campo de la interferencia óptica, más conocida como interferometría, una técnica que se utiliza para estudiar objetos celestes distantes en el espacio; un año después, los científicos se proponen lanzar un satélite experimental con tecnología capaz de realizar por primera vez el relevamiento de las interferencias ópticas distribuidas en el espacio, así como verificar los puntos clave del programa Miyin; a continuación, en 2030 se terminará de construir el telescopio para imágenes con interferencia óptica. La última etapa, concluyó Zhang, es la búsqueda de planetas "habitables".
El objetivo es mapear la estructura y las propiedades físicas de los objetos del sistema solar, así como la distribución de los componentes moleculares del mismo, especialmente el agua, y revelar su origen, dinámica y evolución de la composición química. La carrera espacial de Beijing también incluye investigaciones sobre la génesis de la vida en la tierra y sus componentes, en una mezcla de avances hacia el exterior e investigación interna hasta los orígenes. Un plan que refuerza, una vez más, las ambiciones chinas con sus inversiones millonarias, que ya han decretado algunos éxitos como el aterrizaje de una sonda en la cara lejana y oscura de la Luna en enero de 2019, una primicia mundial hasta la actualidad. Además, la estación espacial china de Tiangong probablemente pasará a ser la única operativa y en funcionamiento en 2031, cuando la NASA lleve fuera de la órbita de nuestro planeta la Estación Espacial Internacional. Washington siempre ha negado a China el acceso a la ISS, debido a los secretos relacionados con el programa militar espacial.
La guerra espacial
Beijing lanzó los primeros programas espaciales en la década de 1950 colaborando inicialmente con la entonces Unión Soviética, pero continuó después con un programa autónomo tras la crisis con Moscú en 1960. Uno de los primeros éxitos, 10 años más tarde, fue la puesta en órbita del satélite artificial en 1970, al que siguió una fase de progresos lentos hasta la nueva aceleración -gracias a grandes inversiones y tecnologías de punta- en la década de 1990, con el envío de astronautas fuera de la atmósfera y los últimos vehículos robóticos a la Luna y Marte. Estados Unidos sigue con preocupación los avances de Beijing, viendo en peligro su supremacía en el espacio y la amenaza económico-militar que supone. China es el tercer país, después de la Unión Soviética y Estados Unidos, que ha llevado a cabo misiones humanas más allá de la atmósfera terrestre usando exclusivamente tecnología de producción interna. El control del espacio hoy ya parece ser tan importante como el de los recursos económicos en la tierra, sobre todo por el potencial de los satélites artificiales. Y si en el futuro resulta posible y sostenible en el plano económico la explotación de los recursos de nuestro satélite o de otros cuerpos celestes, el enfrentamiento entre las partes está destinado a volverse cada vez más encarnizado, porque los tratados actuales en materia de derecho aeroespacial no establecen reglas precisas para las diversas controversias políticas, diplomáticas y estratégicas que puedan surgir.
De Zhurong a Tianzhou 6
En mayo de 2021 un vehículo robótico chino llamado Zhurong aterrizó con éxito en Marte y marcó el ingreso de China en el grupo de países protagonistas de misiones más allá de la atmósfera. El vehículo de 240 kg con seis instrumentos científicos, entre ellos una cámara topográfica de alta resolución, estudió el suelo y la atmósfera del planeta rojo, exploró la superficie durante 358 días y recorrió casi 2.000 metros. Cuando terminaron los tres meses de misión establecidos el rover, completamente robótico, entró en mayo del año pasado en una fase de letargo, muy probablemente debido a una acumulación de arena y polvo, y se le perdió el rastro. Los expertos chinos siguen monitoreando la evolución de la situación, al tiempo que continúan trabajando en muchos otros frentes, visto que hoy cuentan con cuatro puertos espaciales para lanzamientos orbitales, cohetes y tecnologías de punta para respaldar sus ambiciones.
Uno de los objetivos declarados es enviar astronautas a la Luna e instalar una base permanente en el satélite, para luego ir a Marte, así como planificar la construcción de una central eléctrica que pueda almacenar energía solar en el espacio y transferirla a la tierra. Esto será el día de mañana, mientras que en este momento el objetivo es el lanzamiento de la nave espacial de carga Tianzhou 6 para reabastecer la estación espacial de Tiangong, la primera misión de este tipo desde que terminó la construcción de la estación en noviembre. El vector, no tripulado y cargado con 7,4 toneladas de combustible, alimentos, suministros y equipos de investigación científica, partió ayer de la estación de lanzamiento de Wenchang, en la isla de Hainan, en el sur del país, según datos facilitados por la China Manned Space Agency (CMSA). “El cohete y el vehículo están en excelentes condiciones. Listos para volar”, afirmó Zhong Wenan, ingeniero jefe del Centro de Xichang, que supervisa la estación de Wenchang. Después la nave se acopló regularmente a la estación orbital y completó todas las fases ocho horas después del lanzamiento. "En el futuro -agregó Wang Ran, jefe de proyectos en la Academia de Tecnología Espacial de China- planeamos enviar un enorme frigorífico para que los astronautas puedan comer fruta fresca y alimentos congelados". La carrera espacial continúa.
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01/02/2024 11:22