Beijing, los BRICS y la Argentina de Milei

El nuevo gobierno de Buenos Aires, que acaba de ser elegido este domingo, ya pone en duda su ingreso al foro de economías emergentes respaldado por Xi Jinping, previsto para el 1 de enero. Durante la campaña electoral Milei había marcado distancia política. Prudente la reacción de Beijing, que puede poner sobre la mesa los intercambios económicos entre ambos países: el año pasado el 92% de la soja y el 57% de la carne argentina fueron a China.

Milán (AsiaNews/Agencias) – En 2022 fue la primera gran economía de América Latina que se unió formalmente a la Belt and Road Initiative, la “nueva ruta de la seda” de Xi Jinping. Y es uno de los seis nuevos países que teóricamente deberían incorporarse el 1 de enero al grupo de los BRICS, la organización alternativa al G7 que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Pero la elección de Javier Milei como presidente de Argentina -con su promesa de "cambios drásticos" para hacer frente a una situación económica siempre al borde del desastre- plantea muchos interrogantes sobre lo que puede cambiar en las relaciones entre Buenos Aires y Beijing.

En los últimos años, bajo la presidencia de Alberto Fernández, Argentina ha dado muchos pasos hacia la órbita china, en nombre de reducir su dependencia del Fondo Monetario Internacional y de Estados Unidos. Y ha sido recompensada con la promesa de 24 mil millones de dólares de inversiones chinas en infraestructura (entre ellas una central nuclear).

La economista Diana Mondino -que sería ministra de Relaciones Exteriores en el nuevo gobierno- en una entrevista con la agencia rusa RIA Novosti ya comenzó a sembrar fuertes dudas sobre si Argentina realmente unirá a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos para formar parte de los BRICS. “No entiendo qué interés podríamos tener en este momento”, comentó.

Palabras a las que Beijing - que en la cumbre de Durban del pasado agosto presionó fuertemente para la ampliación de este grupo - ha respondido por ahora con cautela. En su rueda de prensa diaria, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, se limitó ayer a felicitar a Milei por la victoria, asegurando que la República Popular China está dispuesta a "trabajar con la Argentina para seguir cultivando nuestra amistad, contribuir al desarrollo y la prosperidad mutua a través de una cooperación beneficiosa para ambos". Añadió también que los BRICS son una “plataforma de cooperación entre mercados emergentes y países en desarrollo abierta a cualquier país interesado”.

Hoy, sin embargo, volviendo al tema, la misma portavoz china citó otras palabras de la misma entrevista en las que Mondino reconoce que "sería un grave error de política exterior que Argentina cortara lazos con países importantes como China o Brasil". Por su parte, Mao Ning también puso sobre la mesa el hecho de que China ya es el segundo socio comercial de Argentina y el principal mercado de exportación de productos agrícolas. El año pasado, el 92% de la soja de Argentina fue a China al igual que el 57% de sus envíos de carne. Por su parte, Beijing también ha realizado importantes inversiones en el sector energético del país y en su creciente industria del litio. Argentina dispone además de una línea de crédito de 18 mil millones de dólares con China, a la que recurrió durante el mandato de Sergio Massa como ministro de Economía para ayudar a pagar parte de su deuda con el Fondo Monetario Internacional.

Todas estas son limitaciones de las que no le será tan fácil tomar distancia a la nueva administración. Por otra parte el propio Milei - a pesar de haber expresado abiertamente su desacuerdo con las políticas de Beijing y de haberse puesto del lado de Ucrania en la guerra con Moscú durante la campaña electoral - también aseguró a la comunidad empresarial argentina que su gobierno no pondrá trabas a sus relaciones económicas con China.