Becarias vietnamitas obligadas a usar anticonceptivos para trabajar en Japón
La legislación japonesa contempla la posibilidad de que las becarias extranjeras se queden embarazadas mientras reciben los subsidios necesarios de la empresa, para luego reanudar las prácticas. Pero según Jiho Yoshimizu, representante de la organización sin ánimo de lucro que llevó a cabo la investigación que destapó los abusos, "sus derechos humanos y reproductivos son de hecho violados por el actual sistema laboral japonés".
Tokio (AsiaNews/Agencias) - Cuando una joven vietnamita descubrió en 2019 que estaba embarazada tras llegar a Japón con un visado de "prácticas técnicas", le dieron a elegir: "Abortar o volver a Vietnam". Pero regresar a su país la habría dejado sin forma de pagar a los reclutadores por su pasantía. "Tiene que quedarse para saldar sus deudas", declaró Shiro Sasaki, secretario general del sindicato de trabajadores Zentoitsu (Todos Unidos), que defendió su causa señalando que varias mujeres, principalmente vietnamitas, habían sido obligadas a someterse a tratamientos anticonceptivos por las organizaciones implicadas en el programa de prácticas en Japón.
Una investigación de una ONG japonesa, cuyos datos se hicieron públicos el domingo, destapó el asunto. La investigación revela una "práctica" que supuestamente viola los derechos humanos y reproductivos de las mujeres vietnamitas. La encuesta, realizada entre agosto y septiembre del año pasado, abarcó a becarias vietnamitas actuales y antiguas y recibió respuestas de 59 de ellas. De las encuestadas, 36 afirmaron haber sido aconsejadas por organizaciones intermediarias de Vietnam que seleccionan candidatas a prácticas para evitar de cualquier modo el embarazo. A nueve de ellas se les aconsejó directamente que se sometieran a un tratamiento anticonceptivo. Cinco lo hicieron, y una de ellas dijo explícitamente que le habían dicho que no podía ir a Japón sin seguir esas instrucciones. Las otras cuatro dijeron que no se habían sometido a él, principalmente por su elevado coste.
También resultó que hubo numerosos casos en los que organizaciones intermediarias advirtieron a las aprendices vietnamitas de que serían enviadas a casa si se quedaban embarazadas mientras trabajaban en Japón. Jiho Yoshimizu, representante de la organización sin ánimo de lucro que llevó a cabo la investigación, afirmó que es impensable que todas estas mujeres pudieran elegir métodos anticonceptivos por voluntad propia: "Es un problema desde el punto de vista de la violación del derecho humanitario que se restrinja el embarazo de las trabajadoras extranjeras debido al inadecuado sistema laboral de Japón", añadió Yoshimizu.
También por estas razones, el gobierno de Fumio Kishida está considerando abolir el actual programa de prácticas técnicas para extranjeros, que se inició en 1993 para transferir conocimientos y habilidades a trabajadores de países en vías de desarrollo. Según la Organización para la Formación Técnica en Prácticas, Vietnam es el país que envía a Japón el mayor número de aprendices en el marco de este programa: en la actualidad hay unos 10.000 aprendices en el país nipón, y la mayoría son mujeres.
Hace unos años, fue noticia el caso de una becaria vietnamita que fue detenida por abandonar a su bebé ante el temor de que su empleador la enviara a casa debido a su embarazo.
Sobre el papel, la legislación japonesa garantiza la igualdad de oportunidades laborales para hombres y mujeres, y prohíbe el trato inadecuado de las trabajadoras tras el embarazo y el parto, y las extranjeras también tienen derecho a recibir prestaciones como subsidios a tanto alzado para el parto y el cuidado de los hijos, permisos prenatales y postnatales y guarderías. Sin embargo, la encuesta reveló que "los derechos reproductivos de las internas, que les permiten decidir si quieren tener y criar un hijo, no se han respetado en el sistema actual", concluye Yoshimizu.