Basora: el éxodo vacía las iglesias y pone en peligro el futuro de los cristianos

De las 7.000 familias que formaban la comunidad, hoy sólo quedan 350. Y de las 17 iglesias, al menos nueve han cerrado y otras dos han sido incendiadas. Muchos han optado por la emigración al Kurdistán iraquí o a las naciones de la diáspora. La llamada al retorno, porque ésta también es "nuestra tierra".

Basora (AsiaNews) - En el sur de Irak, la ciudad de Basora se está vaciando - como está sucediendo en gran parte del país - de la presencia cristiana. La mayor parte de las iglesias de la ciudad, centro principal de una zona rica en petróleo, están ahora inutilizadas también porque el 80% de los asirios, caldeos y siriacos que constituían los habitantes originarios de la provincia han emigrado, o huido. De ellos, algunos han buscado refugio en el norte, en el Kurdistán iraquí, donde la situación es -relativamente- más tranquila, a pesar de los ataques turcos e iraníes contra los kurdos que continúan en las últimas semanas y no perdonan a los cristianos. Otros han alimentado la ya conspicua comunidad de la diáspora en Norteamérica, Europa o Australia.

La provincia de Basora albergó en su día una importante minoría cristiana, con más de 7.000 familias que la llamaban hogar. Según datos del Consejo de Iglesias de Basora, este número se ha reducido considerablemente, a "sólo" 350. "Se sienten amenazados. Por eso los cristianos emigran. Siempre que se presenta la oportunidad, la aprovechan y se marchan", explicó Rudaw Aram Sabah, miembro de la archidiócesis caldea de Basora y el sur de Irak, al sitio kurdo de noticias Rudaw, atribuyendo las migraciones pasadas a una serie de razones, entre ellas la marginación y la falta de estabilidad.

"Hay muchas razones -continuó Sabah- que conducen a la emigración de los cristianos. Cuando hay una ley débil, un Estado que no funciona o no se reconocen tus derechos y te consideran un ciudadano de tercera clase, emigras al extranjero siempre que ves una oportunidad". Este fenómeno "hace mucho daño", concluye el líder cristiano, sobre todo porque la vida de las personas a menudo corre peligro "debido a las amenazas de muerte" que siguen existiendo.

En 2016, Basora fue escenario de la primera víctima de la controvertida normativa 'antialcohol', con el asesinato a manos de hombres armados -una auténtica ejecución- de un tendero cristiano. Y de las 17 iglesias que animaban la ciudad, a día de hoy al menos nueve han sido cerradas y otras dos han sido incendiadas y están inservibles. Los que se han quedado denuncian una situación de dificultad persistente, pero esperan el regreso de los que huyeron para reconstruir una comunidad que se está perdiendo. Hoy, "en Basora, en general no hay discriminación étnica", cuenta Habeeb Saadun, un anciano de la zona, y "no importa si eres suní, chií o cristiano. Por eso", apela, "pido a todos que vuelvan, porque ahora aquí hay paz y seguridad". Esperamos que vuelvan a su tierra", se hace eco Abbas Ali, "porque este país también es suyo. Gracias a Dios, últimamente hay más seguridad".

Basora es el centro más importante del sur de Irak y en los últimos años ha sido escenario de graves actos de violencia étnica y confesional, que han llevado a la Iglesia a suspender todas las actividades extra pastorales y a las autoridades a imponer el toque de queda. Una situación crítica que ha caracterizado la historia reciente de todo el país, denunciada en repetidas ocasiones por el Patriarca caldeo Card. Louis Raphael Sako, que ha provocado un drástico descenso de la población cristiana: los fieles han pasado de 1,5 millones antes de la invasión estadounidense de 2003 a menos de 300.000 (sólo 150.000 según algunas fuentes). Además, en septiembre de 2022 Basora -de mayoría chií y principal centro petrolero del sur- fue escenario de duros enfrentamientos entre facciones rivales tras la decisión del líder radical Moqtada al-Sadr de retirarse de la vida política, con el resultado de muertos y heridos. Dos de las víctimas eran miembros de las Brigadas de la Paz de al-Sadr, opuestas al movimiento yihadista proiraní de Asa'ib Ahl al Haqq.