Bases y Mar de China Meridional: Kamala Harris asegura a Manila el apoyo de EE.UU.

Filipinas y China compiten por sectores de la vasta masa de agua. La vicepresidente estadounidense visita la isla de Palawan, cercana a la zona de crisis. Washington quiere reforzar su presencia militar en la isla. Propone la construcción de dos puestos de avanzada en la provincia de Filipinas ubicada frente a Taiwán.

Manila (AsiaNews) - Estados Unidos apoya a Filipinas frente a las intimidaciones y actos coercitivos en el Mar de China Meridional, afirmó hoy la vicepresidente de EE. UU., Kamala Harris, durante su visita a Palawan, una isla filipina ubicada frente al sector marítimo en disputa. La declaración supone un ataque velado a China, que reivindica la casi totalidad del extenso sector marítimo.

Los nacionalistas y activistas filipinos quieren que su presidente Ferdinand Marcos Jr haga cumplir un fallo de la Corte Internacional de Arbitraje de La Haya para proteger las fronteras nacionales de las pretensiones territoriales de China.

En 2016, la Corte de La Haya definió "sin bases legales" las reivindicaciones chinas sobre casi el 90 % del mar de China Meridional. Junto con Vietnam, Brunei, Malasia, Taiwán y en parte Indonesia, Filipinas se opone a los reclamos territoriales de China, que desde hace años sigue militarizando algunas islas y arrecifes de coral en ese sector marítimo. Para contener la expansión de Beijing, los buques de guerra estadounidenses realizan patrullas regulares cerca de estos puestos militares de avanzada.

El viaje de Harris a Palawan se realiza en un momento de tensión entre Filipinas y China. Marcos Jr. dijo hoy que su gobierno había enviado una nota diplomática a China sobre el incidente de ayer en el Mar de China Meridional. Según la versión filipina, negada por Beijing, unidades de la guardia costera china recuperaron "por la fuerza" partes flotantes de cohetes mientras las fuerzas navales de Manila las arrastraban hacia una isla propia.

El objetivo principal del viaje de Harris a Filipinas, que comenzó el 20 de noviembre, es acelerar los planes para expandir la presencia militar estadounidense en el país, tal como está previsto en un acuerdo firmado por los dos aliados en 2014. Washington ya no tiene bases permanentes en territorio filipino desde principios de la década de 1990; sin embargo, gracias a un acuerdo de 1999, puede desplegar tropas para ejercicios militares. El pacto de siete años atrás permite, en cambio, que las unidades estadounidenses se establezcan de forma rotativa en estructuras militares filipinas, pudiendo acumular armas siempre que no sean nucleares.

Manila ha revelado que Estados Unidos quiere construir cinco nuevos puestos militares en el país, dos de ellos en la provincia norteña de Cagayán. Esa zona se encuentra frente al Estrecho de Luzón que separa Filipinas de Taiwán: un punto estratégico en caso de conflicto entre Beijing y Taipei. También lo es para la estrategia estadounidense de prevenir ataques navales chinos contra territorio taiwanés con una "anti-Marina". Es una estrategia de defensa activa en la cual las unidades terrestres estadounidenses, repartidas por el Pacífico occidental, pueden utilizar misiles de precisión para mantener a distancia a las fuerzas navales de Beijing.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo hoy que Beijing "no está en contra de las relaciones normales entre EE. UU. y Filipinas, pero estas no deberían perjudicar los intereses de otros países".