Bartolomé: con confianza, avancemos en el camino hacia la plena unidad

de NAT da Polis

En la celebración por la fiesta de San Andrés Apóstol, fundador de la Iglesia de Constantinopla, estuvo presente la delegación católica. "Para nosotros es de particular importancia que el diálogo de la verdad en la caridad, que este año ha celebrado su cuadragésimo aniversario, esté acompañado de iniciativas de testimonio común en el mundo".

Estambul (AsiaNews) - Ayer, en el Fanar, sede del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, tuvieron lugar las celebraciones en honor del fundador y patrón de la Iglesia de Constantinopla, el Apóstol Andrés. Como todos los años, los festejos siguieron la antigua tradición bizantina, pero este año estuvieron marcados por la pandemia de Covid-19, por lo que la participación de los fieles se limitó al número impuesto por las normas sanitarias.

Como ya es tradición desde hace muchísimos años, dio su presente la delegación de la Santa Sede, encabezada por el cardenal Kut Koch y compuesta por el obispo Brian Farrell y monseñor Andrea Palmieri. También participó de las celebraciones el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal, con una delegación de su gobierno.

Al término de la divina liturgia, Bartolomé pronunció su homilía, en la que remarcó la importancia del diálogo entre católicos y ortodoxos, un camino emprendido hace 40 años, y en cuya labor urge infundir nueva vida, en vista de los desafíos de un mundo ahora globalizado y en continua agitación. Un trabajo que sigue la tradición diacrónica del mensaje evangélico, para dar un testimonio y respuestas a las cuestiones de nuestro mundo contemporáneo.

El Patriarca comenzó recordando que fue precisamente la pandemia la que privó a la delegación patriarcal de la posibilidad de estar presente en Roma para las festividades del 29 de junio, fiesta de Pedro y Pablo, y para la comisión mixta de diálogo entre las dos Iglesias. Un diálogo que se originó después del Vaticano II y comenzó como un diálogo diplomático entre las dos Iglesias. Y que posteriormente devino un diálogo teológico, en el espíritu de la caridad mutua.

“Avancemos con tenacidad y realismo y con plena confianza en la Divina Providencia, por el camino que nos llevará a la meta de la tan anhelada unidad plena”, subrayó el patriarca ecuménico Bartolomé. “Más allá de todos los que tienen poca consideración por el valor de la teología (también llamada minimalismo teológico) o que creen que el ecumenismo es una utopía. Porque esta es la voluntad de nuestro Señor. El mismo Sínodo Pan-Ortodoxo de 2016, celebrado en Creta, confirmó la prioridad del diálogo para la plena unidad de los cristianos", agregó.

“Para nosotros es de particular importancia que el diálogo de la verdad en la caridad, que este año ha cumplido cuarenta años de vida, esté acompañado de iniciativas de testimonio común en el mundo, frente a los espinosos problemas actuales, con acciones inspiradas en los principios fundamentales del Evangelio, modelo de hombre renovado en Cristo, en la confianza mutua y la cooperación amorosa”.

El Patriarca Ecuménico subrayó que comparte preocupaciones y modos de sentir con el Papa Francisco, pero también tienen opiniones idénticas sobre cómo hacer frente a los grandes desafíos de nuestro tiempo.

"Apoyamos todas aquellas iniciativas", dijo, "que promuevan la paz y la reconciliación". Damos este mensaje filantrópico de la Iglesia, promoviendo la fraternidad y la solidaridad, la justicia social y el respeto de los derechos humanos. Participamos en el esfuerzo para abordar las causas y consecuencias de la gran crisis contemporánea de los refugiados y la inmigración. Estamos conmocionados por los trágicos episodios de violencia en nombre de Dios y de la religión. Esto revela una vez más el valor y la importancia del diálogo interreligioso, la paz y la cooperación entre las religiones para evitar y desacreditar esos comportamientos extremistas y restablecer el respeto mutuo".

La reciente Encíclica "Fratelli Tutti", de Su Santidad el Papa Francisco, subraya de manera impresionante las preocupaciones multidimensionales de la Iglesia de Roma ante los grandes desafíos sociales. Un texto similar, fruto de nuestra comisión, basado en las consideraciones del Sínodo de Creta sobre la ética social de la Iglesia Ortodoxa, se publicó hace tres meses y está teniendo una respuesta interesante.

Bartolomé añadió que las cuestiones morales y antropológicas son de gran actualidad, al punto de permitirnos hablar de un cambio de paradigma en el terreno ecuménico. Obviamente, subrayó el Patriarca, el pluralismo no debe reducirse a un instrumento nihilista que amenace la cohesión social, llevando a la ruptura de la identidad cristiana y a divisiones en la vida de la Iglesia. No es posible que la Iglesia de Cristo acepte monólogos paralelos y una coexistencia de opuestos en su interior, ni que adapte los principios morales y antropológicos inspirados por Dios a las "opciones alternativas" de la civilización secularizada moderna. La vida de la Iglesia misma es una respuesta duradera a las preguntas de la antropología y la moralidad.

En este espíritu, el patriarca considera que la formulación de una antropología cristiana común y el respecto de facto de sus principios serán un apoyo importante en el camino de las relaciones entre nuestras Iglesias. Solo entonces la Iglesia podrá caminar y dialogar sobre el camino de la verdad y la caridad, fuente de verdadera vida y libertad en Cristo. Solo entonces se podrá dar un testimonio común.

El patriarca Bartolomé también se refirió al reciente encuentro con el papa Francisco, el mes pasado, en Roma: “Cada encuentro cara a cara con el hermano Francisco es una experiencia especial de fraternidad, que refuerza el deseo de ambos de luchar unidos en nuestra marcha hacia un mismo Cáliz de la Eucaristía”.

Por último, Bartolomé subrayó que la diaconía y el martirio de los dos apóstoles y hermanos que fundaron las dos Iglesias, Pedro y Andrés, debe fortalecernos en nuestra obra por el testimonio y el diaconado del Evangelio de la salvación.