Bangkok: los trabajadores migrantes vuelven a presionar, pero las puertas oficiales siguen cerradas
Antes de la pandemia eran millones y constituyen una fuerza fundamental en el mercado laboral local. En este momento birmanos, camboyanos y laosianos están tratando de regresar, pero las autoridades tailandesas temen que eso pueda aumentar los contagios.
Bangkok (AsiaNews) - El último fin de semana la policía fronteriza tailandesa arrestó a 120 birmanos que intentaban entrar en Tailandia, pero hay miles de migrantes que están tratando de regresar al país por motivos laborales. Y son solo la vanguardia de los cientos de miles de personas que se vieron obligadas a volver a su país de origen debido a la emergencia del covid-19 y durante meses no pudieron regresar debido a las medidas impuestas por Bangkok para contener la propagación de la pandemia.
Las autoridades tailandesas se enfrentan a la difícil disyuntiva de frenar la inmigración irregular, señalada hasta ahora como uno de los principales vehículos de contagio, o facilitar la regular, a sabiendas de que, debido a las demoras burocráticas y los costes, no podrá satisfacer la demanda del mercado laboral local.
Un año atrás los datos oficiales hablaban de 2,32 millones de inmigrantes registrados en Tailandia; pero las estimaciones más confiables hablaban de un número igual, si no mayor, de personas sin permiso legal para vivir y trabajar en el país. Sobre todo birmanos, pero también camboyanos y laosianos, difíciles de censar no solo por la precariedad de su condición sino también por los intereses de los contratistas que los asumen y por la corrupción que garantiza mínimas sanciones por irregularidades y abusos.
En un país que está tratando de salir de una crisis excepcionalmente grave e intenta recuperar su lugar de privilegio en la región en términos de producción, exportaciones y capacidad para atraer inversiones, la mano de obra extranjera, que está reemplazando gradualmente a la local en la construcción, la industria pesquera y la agricultura de plantación, sigue siendo indispensable.
El Ministerio de Trabajo ha lanzado una campaña para incentivar a los inmigrantes no registrados a regularizar su situación antes de fines de noviembre, mientras que ha lanzado una ofensiva dirigida a los gobiernos de los países limítrofes para aumentar las cuotas de ingresos regulares. Es poco probable que esto lleve a registrar 600.000 nuevos trabajadores antes de fin de año como prevé el ministerio y, en cualquier caso, la evolución de la situación pandémica será uno de los elementos decisivos del plan.
Por otro lado, desde hace tiempo y desde diversos frentes se insta a Tailandia a resolver sus contradicciones en materia de inmigración y protección de los derechos fundamentales de los trabajadores, incluidos los inmigrantes.
16/06/2014