Bangkok: anunciaron la disolución del Parlamento, la oposición se prepara para las elecciones
El ex general y actual primer ministro ha entrado en una nueva formación política, mientras que Palang Pracharat, el partido gobernante, está en crisis. A los movimientos promilitares se opondrán en las urnas el Pheu Thai y el Move Forward Party, ambos herederos de partidos que fueron inhabilitados por la Corte Constitucional.
Bangkok (AsiaNews) - El primer ministro Prayut Chan-ocha anunció para el 20 de marzo la disolución del Parlamento tailandés con vistas a las elecciones del 7 de mayo, cuando los partidos herederos del golpe militar de 2014 competirán con otras formaciones políticas que de diferentes maneras se oponen al control de los militares y las élites tradicionales de un país con más de 65 millones de ciudadanos. El partido actualmente en el gobierno (con estrecha mayoría), el Palang Pracharat -creado tras cinco años de dictadura militar por los mismos golpistas que se reciclaron como políticos civiles- se encuentra en plena crisis y el ex general Prayut ha ingresado en una nueva formación -el Ruam Thai Sang Chart- por intereses personales, no por la línea política del mismo o porque presente propuestas para salir de la crisis.
A los movimientos pro militares se enfrentarán en la urnas el Pheu Thai -encabezado por la hija del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, Paetongtarn, de 36 años-, que propone el respaldo a la población rural, el bienestar compartido y la reestructuración de las fuerzas armadas y el poder de las élites, y el Move Forward Party, heredero del Future Forward Party fundado por el empresario-maratonista Thanathorn Juangroongruangkit, que fue disuelto hace dos años por una sentencia del Tribunal Constitucional. Al frente de ese partido volverá a estar un joven magnate, Pita Limjaroenrat, que propone modernidad, progreso y desvinculación del país de los intereses y líderes pertenecientes a las élites.
La política tailandesa se ha caracterizado hasta ahora por tres elementos. El primero es la continua sucesión de golpes de Estado -a veces sangrientos, a veces no tanto, pero siempre liberticidas- que ha marcado toda la historia moderna del país del sudeste asiático. El segundo es el rol de la monarquía y de los intereses y oligopolios que se apoyan en los militares para mantener al "País de las Sonrisas" en un estado de desarrollo incompleto, que nunca ha podido alcanzar plenamente a pesar de su potencial. El tercer elemento se refiere a la objetiva incapacidad para gobernar de los generales, que no sólo no cumplieron las promesas de bienestar y desarrollo, sino que han intentado reprimir a la sociedad civil y a la oposición política sin concretar ese cambio moralizador y ético que propusieron con el golpe del 22 de mayo de 2014 (el duodécimo desde 1932).
El partido Palang Pracharat -el heredero más directo de la experiencia golpista, en el que se reciclaron un gran número de altos oficiales- jugó un papel central después de las elecciones de 2019, las primeras en ocho años. En la cámara baja obtuvo, junto con sus aliados, 247 escaños sobre un total de 500, mientras que la cámara alta (de 250 miembros) está constituida por personalidades "designadas" por las fuerzas armadas. El sistema debía garantizar un largo período de democracia para conducir a la "paz social", tras años de tensiones políticas y enfrentamientos en las calles que comenzaron con el golpe de Estado de septiembre de 2006 contra el gobierno de Thaksin Shinawatra. Desde el exilio voluntario, Thaksin ha seguido desempeñando un papel clave en las agrupaciones herederas del Thai Rak Thai, el partido que él fundó y fue disuelto por supuestas violaciones de la ley electoral. El partido Pheu Thai había ganado en las elecciones de 2011, cuando estaba encabezado por su hermana Yingluck Shinawatra, pero su caída, también en este caso por una sentencia del Tribunal Constitucional, se produjo poco antes del golpe de Estado más reciente.
22/08/2023 16:55
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