Bangkok, prohíben las manifestaciones públicas: golpe al movimiento democrático
Las autoridades impusieron un decreto de emergencia para frenar las protestas contra el gobierno. Varios líderes prodemocracia fueron arrestados. También están prohibidas las reuniones de más de cuatro personas y la difusión de noticias que atenten contra la seguridad nacional. Los manifestantes exigen la renuncia del primer ministro, la reducción de los poderes del rey y una nueva Constitución
Bangkok (AsiaNews / Agencias) - El gobierno decidió prohibir las manifestaciones públicas contra las autoridades y arrestó a varios líderes democráticos. El decreto de emergencia, que la policía emitió hoy en directo por televisión, tiene como objetivo frenar el movimiento de protesta contra el ejecutivo y el rey.
Aproximadamente 30 minutos después de que se anunciara el decreto, los escuadrones antidisturbios dispersaron a un grupo de manifestantes que acampaban frente al palacio del Primer ministro Prayuth Chan-ocha. La policía dijo que arrestó a varias personas, entre ellas el abogado de derechos humanos Anon Nampa y los líderes estudiantiles Parit Chiwarak y Panusaya Sithijirawattanakul.
La medida de las autoridades se adoptó después de que un grupo de manifestantes intentara bloquear ayer una procesión de autos reales que acompañaban a la reina Suthida. Las medidas de emergencia incluyen la prohibición de reuniones de más de cuatro personas. También se prohíbe la publicación de noticias que puedan causar "temor" o amenazar la seguridad nacional.
El gobierno justificó la decisión por la necesidad de mantener "la paz y el orden" en el país. Según las autoridades, las manifestaciones están perjudicando la economía y también corren el riesgo de facilitar la propagación del coronavirus.
La oposición habla de un nuevo "golpe de Estado". Los líderes democráticos señalan que las manifestaciones siempre han sido pacíficas y hacen notar que en los últimos cuatro meses solo hubo un caso doméstico de transmisión de Covid-19 en el país.
Desde julio, debido también a los efectos de la pandemia de coronavirus, se ha incrementado la presión pública contra Prayuth, el ex comandante en jefe del ejército que llegó al poder en 2014 con un golpe de Estado. Desde el año pasado, encabeza un ejecutivo civil, pero sus críticos lo acusan de manipular las elecciones que decretaron el fin formal de la junta militar.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes estudiantes, reclaman la dimisión del gobierno, el fin de la dictadura, una reforma de la Constitución en sentido democrático, y que se replantee el rol político del rey y su patrimonio económico. También quieren que se anule el delito de "lesa majestad": el soberano es una figura sagrada en Tailandia y las ofensas contra él se castigan con hasta 15 años de prisión.
Según opiniones independientes, un pequeño grupo de poder retiene a Tailandia como rehén y ha llegado el momento de reformar la nación sobre bases cada vez más democráticas. La solución, sin embargo, es poner en marcha un diálogo entre autoridades y manifestantes.