Bagdad, desaparecieron cuatro activistas de SOS Cristianos de Oriente. Temen un secuestro

Desde el 20 de enero que no se tienen noticias de tres franceses y un iraquí vinculados la ONG. Fueron vistos por última vez en los alrededores de la embajada de Francia en Bagdad. Hasta el momento no ha habido pedidos de rescate o reivindicaciones del secuestro. El director, Blanchard: “Se trata de personal experto, que trabaja con nosotros hace años”.

Bagdad (AsiaNews/Agencias) - Desde el 20 de enero pasado que no se tienen noticias de cuatro activistas de la organización no gubernamental SOS Cristianos de Oriente. Se trata de tres franceses y un iraquí, que desaparecieron en el país árabe sin dejar ningún rastro. Quien dio la noticia en la tarde de ayer fue la misma organización humanitaria, afirmando que los cuatro colaboradores fueron vistos por última vez en la zona cercana a la embajada de Francia, en la ciudad de Bagdad.

El director general de la ONG, Bejamin Blanchard, informa que “hasta el momento no se ha presentado ningún pedido de rescate”. Al mismo tiempo, ningún grupo yihadista o milicia de las que operan en el territorio ha reivindicado el secuestro. El directivo agrega que el grupo había llegado a la capital “para renovar los permisos de permanencia” y “registrar la asociación ante las autoridades iraquíes”. “Se trata de personal experto - concluye - que trabaja con nosotros hace años”.

Analistas y expertos recuerdan que en Irak los raptos de activistas o de trabajadores extranjeros se han vuelto cada vez menos frecuentes en los últimos años. A diferencia de lo que sucedía en el pasado, cuando eran el blanco privilegiado de movimientos extremistas y yihadistas como al-Qaeda o el Estado Islámico (EI, ex ISIS), y de organizaciones criminales que actuaban con fines extorsivos.

SOS Cristianos de Oriente es una ONG que opera en Irak desde mediados del 2014, a posteriori del ascenso del ISIS en el país y en la vecina Siria. Su intervención ha favorecido a decenas de miles de desplazados, tanto cristianos como yazidíes, que han tenido que abandonar Mosul y la Llanura de Nínive para huir de la amenaza yihadista.

Hoy, su actividad se desarrolla principalmente en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, donde muchísimas familias han hallado refugio y hoy continúan viviendo, casi seis años después. Los cuatro secuestrados, concluye Benjamin Blanchard, dejaron el hotel donde se alojaban a bordo de un automóvil, para ir a una reunión “que no presentaba ningún problema en particular”.

Las autoridades francesas han comenzado una investigación en colaboración con los colegas iraquíes, a fin de localizarlos. La denuncia de desaparición fue presentada el 22 de enero, luego de intentar contactos en vano durante dos días. Por razones de seguridad y para proteger su integridad, hasta el momento, ni la ONG ni las autoridades de gobierno han querido revelar los nombres de las personas desaparecidas, y el gobierno de París ha silenciado a la prensa.

El secuestro se produce en un momento sumamente turbulento para la vida política e institucional del país. Ayer, decenas de miles de personas - según algunos, más de un millón - salieron a las calles para adherir al llamamiento del líder radical chií Moqtada al-Sadr, que exige la expulsión de las tropas estadounidenses del territorio de Irak. Una manifestación separada de las protestas contra el gobierno que se suceden desde hace meses, contra la corrupción y el mal desempeño. A las controversias internas se suman las tensiones internacionales, en particular, el choque frontal entre los Estados Unidos e Irán, que (también) se consuma en el territorio iraquí.