Avalanchas de nieve en Nuristán, Fundación Pangea: 'La situación es dramática, cavan con las manos'
Las avalanchas de nieve arrasaron decenas de casas, pero "resulta imposible saber el número exacto de víctimas", explica Luca Lo Presti, presidente de la Fundación Pangea Onlus, que trabaja desde hace décadas en Afganistán para ayudar a la población local. Muchas ONG no pueden enviar ayuda debido a la falta de infraestructuras en la provincia montañosa, donde - por el momento - no hay hospitales.
Kabul (AsiaNews)- La situación en la provincia afgana de Nuristan es dramática debido a las avalanchas que se produjeron con las fuertes nevadas de los últimos días. "La región está descubierta desde el punto de vista de la cooperación internacional, sólo nosotros tenemos presencia aquí, en Noorgram, y los medios de los talibanes son limitados para responder a todas las necesidades", dice a AsiaNews Luca Lo Presti, presidente de la Fundación Pangea Onlus, que trabaja en Afganistán para ayudar a la población desde hace décadas. “Es difícil que se sepa fuera lo que está ocurriendo aquí, y no hay nadie que pueda intervenir. La gente está cavando con las manos entre los escombros en busca de sus familiares, y esta mañana se reunieron los jefes de la aldea para tratar de saber cuánta gente ha desaparecido y decidir cómo afrontar la situación”, añadió. Cinco días después del desastre, la única ayuda que ha llegado de las autoridades talibanas son "galletas".
Los informes oficiales de los últimos días habían anunciado cerca de treinta muertos "pero nunca sabremos el número real de víctimas", continúa Lo Presti. "Es probable que se trate principalmente de mujeres y niños que estaban en casa" en el momento de la avalancha, "pero es difícil que se encuentren muchos cadáveres".
La inestabilidad hidrogeológica no es nada nuevo en Afganistán, donde faltan infraestructuras y las tragedias de este tipo son frecuentes: “Las casas de las aldeas están enclavadas en las montañas. Al primer deslizamiento de tierra todo se derrumba. Son zonas muy hermosas desde el punto de vista del paisaje, pero la vida es dura."
La Fundación Pangea tiene algunas escuelas para niños en Nuristán y proyecta construir una clínica. Entre tanto, ha organizado camiones de ayuda humanitaria, con tiendas de campaña, mantas y alimentos: "Estamos esperando la aprobación de los talibanes para que partan los vehículos de Kabul, porque hay muchos puestos de control - continúa el presidente de la organización sin fines de lucro -. No creo que tengamos problemas para conseguir los pases necesarios. Durante otras emergencias, como los terremotos, no tuvimos ningún problema". Probablemente los talibanes, escasos de fondos, reconocen la importancia de los organismos de cooperación internacional que operan en su territorio.
Después de la reconquista del país en agosto de 2021, Afganistán volvió a caer en el olvido. Los fondos internacionales destinados al gobierno anterior han sido congelados porque Estados Unidos y la comunidad internacional se niegan a reconocer al gobierno talibán. La inmensa mayoría de la población hoy vive por debajo del umbral de pobreza y las prohibiciones impuestas por los talibanes impiden que las mujeres y las niñas accedan a la educación y al trabajo fuera del hogar.
“Paradójicamente, a pesar de la presencia de combatientes del Estado Islámico en el país, con el fin de la guerra tenemos acceso a zonas a las que antes era difícil llegar debido a los enfrentamientos armados, mientras que para la población local poco ha cambiado. Los hombres y mujeres de las aldeas afectadas por las avalanchas son ajenos a la dinámica internacional", añade. "Nacieron en estas aldeas y siempre han vivido aquí". Al margen de los equilibrios mundiales que desde hace tanto tiempo afectan a Afganistán.
En medio del drama, Pangea ha podido construir "una presencia estable gracias a los vínculos establecidos a lo largo de los años, mientras que las otras ONG no pueden enviar ayuda". Nuristan es una región montañosa y remota, y a menudo las carreteras son intransitables; a algunas aldeas sólo se puede llegar a pie".
Ni siquiera hay hospitales. “Hemos presentado un proyecto para construir una clínica porque sobre todo para las mujeres que dan a luz es demasiado agotador tener que trasladarse al valle, y por eso las tasas de mortalidad durante el parto son altísimas”. Para la población afgana, abandonada a sí misma, la presencia de Pangea - que también trabaja por la protección y el apoyo a las mujeres en la India e Italia - es fundamental. “Cualquier donación, que se puede hacer a través de nuestro sitio web - continúa Lo Presti -, es muy importante para nosotros, porque para hacer frente a la emergencia estamos agotando nuestras reservas”.
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