Aung San Suu Kyi promete ayuda a las familias afectadas por la emergencia del Covid-19

En el primer discurso después de la victoria en las urnas, la líder demócrata intentó apaciguar el descontento y las protestas. La polémica estalló por el programa de ayudas: muchas denuncias afirman que los fondos no llegan y el dinero fue a parar a manos de empresarios o referentes de diversas comunidades.

Yangon (AsiaNews / Agencias) - Apoyar a las personas que han perdido su trabajo o cuyos salarios o ingresos se han reducido de manera significativa debido a la nueva pandemia de coronavirus. La líder democrática Aung San Suu Kyi afirmó, poco más de una semana después de la victoria en las elecciones generales del pasado 8 de noviembre, que esta es una de las prioridades del gobierno de Myanmar. El objetivo del ejecutivo, que salió fortalecido de las urnas, es garantizar la ayuda inmediata a los grupos más vulnerables y poner fin a las manifestaciones de protesta y descontento que comienzan a extenderse por amplios sectores de la población.

El desencadenante fue el programa de asistencia y ayuda destinado a familias de bajos ingresos. Muchas personas denuncian las demoras o falta de pago de las asignaciones anunciadas. En la primera intervención pública, la Consejera de Estado prometió que se destinarían fondos a las personas más necesitadas y a las categorías más afectadas por las restricciones impuestas para contener la pandemia.

"Esta es la cuarta vez que entregamos fondos y ayuda en efectivo", dijo Aung San Suu Kyi. “Todo salió bien y las operaciones se desarrollaron normalmente en la primera, segunda y tercera entrega. Pero en la cuarta entrega de las ayudas se produjeron tumultos y protestas. Todo eso no resuelve nada". La presidenta afirmó que en caso de que hubiera problemas “hay que presentar ordenadamente un recurso en los centros designados para ese fin y explicar la situación". "Resolveremos - prometió - todos los problemas, si se demuestra que un ciudadano con derecho ha sido excluido [de las asignaciones]".

La Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones en Myanmar, confirmando las predicciones iniciales que anunciaban una “victoria aplastante" para el partido gobernante. Los votantes birmanos, como se suponía, le han dado una segunda oportunidad a la Nobel de la Paz en el camino de la reforma democrática del país - tras décadas de dictadura militar - que está lejos de haberse completado.

La victoria llega en un momento complicado debido a las tensiones en las zonas habitadas por minorías étnicas (Rakhine, Chin y Kachin) y la emergencia sanitaria (y económico-social) provocada por Covid-19. Desde el primer caso en marzo pasado, hasta el momento se han registrado casi 72 mil contagios -con un pico a mediados de agosto- y más de 1600 víctimas. El gobierno ha adoptado varias medidas restrictivas para limitar las infecciones, entre ellas la interrupción del transporte público y la obligación de quedarse en casa y favorecer el trabajo en línea, medidas que han provocado un repunte del desempleo, especialmente en la clase media.

Las autoridades han implementado un plan de ayuda de 23 dólares por familia en algunas zonas, que se reduce a 15 dólares en las regiones descentralizadas. El salario mínimo garantizado en Myanmar - un país de 54 millones de habitantes - es de 3.70 dólares por día. Hasta el momento se han entregado cuatro cuotas del plan de ayuda, pero muchos se quejan de que han quedado excluidos del programa o no han recibido el dinero correspondiente.

Algunos ciudadanos acusan al gobierno de destinar el dinero en efectivo a empresarios y amigos o conocidos de los referentes de las comunidades, mientras las familias necesitadas quedan marginadas. Zaw Htang, portavoz presidencial, dijo que se han producido "malentendidos" en la erogación de fondos o que hubo información incompleta, y también que presentaron solicitudes muchas familias que no tenían derecho a recibir subsidios.