Aumenta la tensión entre Hezbolá y las tribus árabes sunitas al sur de Beirut

de Fady Noun

Algunas sentencias dictadas por el Tribunal Militar alimentaron la escalada entre sunitas y chiitas. Por parte de las tribus árabes llegó un ultimátum para que se congelen o habrá una nueva "escalada". Los veredictos se refieren a la detención de miembros del clan en 2021, después de la muerte de un líder del "partido de Dios".

Beirut (AsiaNews) - En Jaldé, puerta meridional de Beirut, el fuego arde bajo las cenizas. Una treintena de miembros de las "tribus árabes" sunitas de la región fueron condenados por los jueces del Tribunal Militar, provocando graves disturbios. Las tribus amenazaron al gobierno con una nueva "escalada" y enviaron un ultimátum de unos días para que, al menos, se congelen los veredictos.

Las sentencias recientemente dictadas afectan a miembros del clan detenidos en agosto de 2021 tras el asesinato de una destacada personalidad de Hezbolá, Ali Chebli, y una emboscada que tuvo lugar en los días siguientes durante su funeral, en la que murieron otras tres personas. El atentado se había planeado para vengar a Hassan Ghosn, un adolescente de los clanes árabes que murió durante enfrentamientos callejeros con Hezbolá en agosto de 2020 y cuyo asesinato quedó impune.

La condena más dura, dictada por el presidente del Tribunal General, Khalil Jaber, corresponde a Omar Ghosn, un jeque de confesión salafista considerado entre los líderes de la facción hostil a Hezbolá en la región de Jaldé. Este último deberá cumplir una pena de siete años de trabajos forzados. Al mismo tiempo, el tribunal dictó nueve condenas a muerte en rebeldía y varias otras condenas a prisión.

En protesta contra el veredicto del tribunal militar, bloquearon en varias ocasiones la autopista del Sur que atraviesa Jaldé, una arteria vital para la economía. En el plano político, un coro de voces se alzó contra el veredicto en el seno de los partidos contrarios a Hezbolá, que también promovieron una iniciativa de solidaridad. Para el diputado Ghayath Yazbeck (Fuerzas Libanesas), las sentencias dictadas "demuestran una vez más que el tribunal militar está bajo el control de Hezbolá". Por su parte, el Partido Socialista Progresista de Walid Joumblatt insistió en la importancia de una política de "reconciliación" y exigió que el tribunal militar se limite a juzgar única y exclusivamente los casos en los que estén implicados miembros del ejército.

Descendientes de tribus beduinas sunitas que se asentaron en la costa al sur de Beirut mucho antes de que la zona se convirtiera en el denso suburbio que es hoy, los árabes de Jaldé forman parte de una red más amplia que emigró a Líbano a lo largo de los siglos y luego se dispersó por todo el país. En agosto de 2020, estallaron enfrentamientos cuando el líder de Hezbolá, Ali Chebli, en un gesto provocador, colgó un retrato gigante de Salim Ayyache, uno de los presuntos asesinos del ex primer ministro Rafic Hariri (14 de febrero de 2005), en la fachada de un centro comercial de Jaldé del que era propietario. El hombre había sido identificado y condenado en contumacia por el Tribunal Especial para Líbano (TESL).

Más tarde, arrancaron el retrato de Salim Ayache e incendiaron el centro comercial, durante los enfrentamientos con armas automáticas y lanzacohetes que se produjeron a continuación. Y fue durante estas batallas callejeras cuando Hassan Ghosn, un adolescente que pertenecía a una tribu árabe, fue tomado como objetivo y asesinado.

Aproximadamente un año después, el 30 de julio de 2021, viendo que la justicia tardaba en llegar, el hermano de la víctima, Ahmad Ghosn, se había encargado de tomar venganza matando a Ali Chebli de un disparo durante una boda. Además, al día siguiente, miembros del clan tendieron una emboscada al cortejo fúnebre de Ali Chebli, matando a otras cinco personas, entre ellas tres miembros de Hezbolá. Para evitar que el ajuste de cuentas se extendiera como la pólvora y se perpetuara el clima de venganza personal, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, había recurrido a la justicia militar, pidiendo la detención de todos los implicados en lo que calificó como una "masacre".

En efecto, el ejército había identificado muy rápidamente a los autores de la emboscada y los había detenido. Tras las duras condenas pronunciadas la semana pasada, uno de los dirigentes, el jeque Riad "Abou Zeidan" Daher, declaró en síntesis que las tribus árabes se habían visto obligadas a tomarse la justicia por mano propia. Dijo que "si (Hezbolá) hubiera entregado a Ali Chebli" a las autoridades después del asesinato del joven Hassan Ghosn [durante los enfrentamientos de 2020], el caso "se habría resuelto".