Audiencia del Papa: Dios está con los migrantes en las 'rutas de desesperada esperanza'
Francisco interrumpió el ciclo de reflexiones sobre el Espíritu Santo para hablar sobre las migraciones, insistiendo en las dificultades mortales que muchos enfrentan al cruzar mares y desiertos. Se refirió a la necesidad de una "gobernanza global de las migraciones basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad". Condenó los rechazos y las leyes restrictivas. Elogió el compromiso de las personas que rescatan a los migrantes, entre ellos Mediterranea Saving Humans.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- En la audiencia general de esta mañana el Papa Francisco interrumpió el ciclo de reflexiones sobre el papel del Espíritu Santo en la historia de la salvación y en la vida de la Iglesia para dedicar su discurso al tema: "Mar y desierto”. “Anduvieron errantes por el desierto, por el camino yermo,sin hallar ciudad donde habitar”, dice el salmo (Salmo 107, 1,4-6) que se leyó a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro en los diferentes idiomas. “Quisiera detenerme con vosotros para pensar en las personas que – también en este momento – están atravesando mares y desiertos para llegar a una tierra donde puedan vivir en paz y seguridad”, dijo el Santo Padre, y dedicó su discurso a los dos lugares: mar, es decir, “todas las masas de agua traicioneras” y desierto, “todos aquellos territorios inclementes y peligrosos”.
“Las rutas migratorias actuales a menudo están marcadas por travesías de mares y desiertos, que, para muchas, demasiadas personas, son mortales”. En la última audiencia del mes de agosto, el Pontífice quiso centrar la atención en el tema de las migraciones, cuando faltan pocos días para comenzar el viaje apostólico a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur (del 2 al 13 de septiembre). Con respecto a las rutas migratorias, señaló que algunas son conocidas porque están "bajo los reflectores", mientras que otras "son poco conocidas, pero no menos transitadas". “He hablado muchas veces del Mediterráneo, porque soy obispo de Roma y porque es emblemático”, prosiguió. En efecto, no se puede hablar de migraciones desde la capital de Italia sin mencionar los dramas que se consuman el Mare Nostrum, "lugar de comunicación entre pueblos y civilizaciones que se ha convertido en un cementerio", añadió Francisco.
“Y la tragedia es que muchos, la mayoría de estos muertos, podrían haberse salvado. Hay que decirlo claramente: hay quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los migrantes”, fueron las palabras lapidarias del obispo de Roma. Quien actúa de esta manera abusiva "con conciencia y responsabilidad" está pecando gravemente, señaló Bergoglio. La gravedad de esta conducta inhumana se pone de manifiesto en un versículo bíblico tomado del libro del Éxodo: "No maltratarás ni oprimirás al forastero" (Ex 22,20). “El huérfano, la viuda y el forastero son los pobres por excelencia a los que Dios siempre defiende y pide que se defiendan”, afirmó. Aunque se olvida a los inmigrantes, a los que a veces se "lleva y abandona" en el desierto. Francisco recordó la foto de Fati y Marie, que murieron abrazadas, la esposa y la hija del superviviente Mbengue Nyimbilo Crepin, conocido como Pato, que se han convertido en un símbolo de la crisis humanitaria en la frontera entre Libia y Túnez.
“En la era de los satélites y de los drones, hay hombres, mujeres y niños migrantes que nadie debe ver: les esconden. Solo Dios los ve y escucha su clamor. Y esta es una crueldad de nuestra civilización”, dijo el Papa Francisco. Pero Dios nunca se queda al margen y siempre está cerca de estas personas que sufren y están desesperadas. “Él comparte el drama de los emigrantes, Dios está con ellos, con los migrantes, sufre con ellos, con los migrantes, llora y espera con ellos, con los migrantes”. E insistió: “El Señor está con nuestros migrantes en el mare nostrum, el Señor está con ellos, no con lo que les rechazan". En los mares y en los desiertos - lugares hostiles donde también se pierde la conciencia humana de aquellos que están llamados a acoger - los migrantes no deberían estar. Sobre esto "podemos estar todos de acuerdo", afirmó el Pontífice, indicando el camino hacia la apertura. “no es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos”. Sino "fomentando por todos los medios una gobernanza mundial de la migración basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad".
Francisco recordó luego los lugares que son un símbolo en Italia del drama de las rutas migratorias, como Lampedusa y Crotone. Como conclusión, elogió el compromiso de los "buenos samaritanos" que hacen todo lo posible para ayudar a los migrantes heridos y exhaustos, abandonados "en las rutas de la esperanza desesperada, en los cinco continentes". “Estos hombres y mujeres valientes son el signo de una humanidad que no se deja contagiar por la mala cultura de la indiferencia y el descarte”, elogió el Santo Padre. Y entre las asociaciones que están en primera línea en esta fundamental y exigente misión, nombró a Mediterranea Saving Humans. Un compromiso que también llama a la acción incluso a los que no están en primera línea. “No podemos estar todos en primera línea, pero no estamos excluidos; hay muchas formas de contribuir, ante todo la oración”, afirmó el Papa Francisco.