Ataque al tren en Baluchistán: liberaron más de 150 rehenes, pero la crisis continúa
Las fuerzas de seguridad afirman que rescataron a 155 personas, pero el Ejército de Liberación de Baluchistán dice que todavía retiene a más de 200. Los separatistas han pedido un intercambio de prisioneros dentro de las próximas 48 horas. En el último año el grupo armado ha impuesto bloqueos en las principales carreteras y ha intensificado los ataques contra infraestructuras, e Islamabad no ha sido capaz de proponer una solución política.
Quetta (AsiaNews) – Las fuerzas de seguridad paquistaníes anunciaron que habían liberado a 155 rehenes de un tren que fue atacado ayer por combatientes del Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA). La operación para liberar a los demás pasajeros continúa, comunicó el Ministerio del Interior de Pakistán, sin especificar cuántas personas siguen retenidas por los terroristas. La BLA afirmó que todavía tenía 214 personas secuestradas, pero la cifra no fue confirmada por las autoridades locales. El principal diario en idioma inglés de Pakistán, Dawn, informó que no daría a conocer más detalles hasta que la situación estuviera completamente resuelta.
Las fuerzas del orden comunicaron que habían matado 27 terroristas. Sin embargo, Reuters informó que la operación de rescate se está complicando porque los separatistas baluchis se han posicionado cerca de los pasajeros que llevan chalecos explosivos para atentados suicidas. El BLA, por su parte, afirmó que los civiles se encontraban en un lugar seguro pero había tomado como “prisioneros de guerra” a los miembros de las fuerzas armadas.
El Ejército de Liberación de Baluchistán dinamitó ayer las vías del tren para bloquear el Jaffar Express, que transportaba cerca de 450 personas desde Quetta, la capital de Baluchistán, a Peshawar, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, un viaje que habitualmente dura 30 horas. En una serie de comunicados los separatistas han fijado un ultimátum de 48 horas para la liberación de los baluchis encarcelados por el gobierno a cambio de los rehenes. En caso de negativa, añadieron, los rehenes serán ejecutados.
Los independentistas baluchis, un grupo étnico de origen iraní, lucha desde hace décadas contra el gobierno paquistaní y lo acusan de comportarse como una potencia colonial que explota los recursos naturales de la región en detrimento de la población local. En los últimos años el BLA también ha atacado proyectos de infraestructura que forman parte del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), como el puerto de Gwadar, y a menudo ha llevado a cabo atentados contra puntos estratégicos y ciudadanos chinos, a los que considera cómplices de la explotación económica. La semana pasada, una coalición de grupos armados conocida como Baluch Raji Ajohi Sangar (BRAS), de la que forma parte el BLA, emitió una declaración en la que anuncia la creación de un nuevo ejército con el objetivo de continuar la “guerra” contra China y el Estado paquistaní, prometiendo “infligir mayores pérdidas al enemigo”.
En el último año Pakistán ha registrado un aumento de la actividad terrorista en todo el país, pero sobre todo en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa, debido a los ataques de los talibanes paquistaníes, y en Baluchistán. Según un informe del grupo de expertos local Pak Institute for Peace Studies, en 2024 la provincia sufrió un aumento del 84% de los ataques en comparación con el año anterior, y un aumento del 120% en la violencia por parte del BLA y otros grupos separatistas.
Aunque las principales víctimas siguen siendo las fuerzas de seguridad paquistaníes, el BLA también ataca desde hace tiempo la infraestructura ferroviaria y de carreteras. Solo en los primeros dos meses de 2025, grupos afiliados a BRAS bloquearon tres autopistas importantes de la provincia en cuatro ocasiones distintas, y realizaron controles de pasajeros que duraron horas en busca de miembros de las fuerzas de seguridad paquistaníes. En un comunicado del 2 de marzo, BRAS también anunció que “intensificaría los bloqueos en todas las carreteras importantes de Baluchistán para atacar los intereses logísticos, económicos y militares del Estado”.
La carretera que une Quetta y Karachi, una de las más transitadas, se ha ganado el apodo de “carretera asesina” debido al creciente número de incidentes violentos cometidos por separatistas baluchis. Es una arteria fundamental para la población local, que necesita desplazarse especialmente para la atención médica. Otros proyectos de infraestructura del gobierno paquistaní han quedado sin terminar, lo que limita la movilidad de los residentes, que cada vez con mayor frecuencia son objeto de episodios violentos. En agosto el BLA atacó a pasajeros de los autobuses provenientes de la provincia central de Punjab y mató a decenas de ellos; un incidente similar se había producido en abril. En noviembre, se produjo un atentado suicida en la estación de ferrocarril de Quetta contra un tren, poco antes de su partida, y mató a 32 personas. El mes pasado, en cambio, el BLA tomó durante varias horas el control de Zehri, una pequeña ciudad rural en el centro de Baluchistán, buscando nuevamente personal de seguridad. Desde principios de año, se han cerrado las carreteras nacionales 76 veces por diversos motivos.
Hasta el momento el gobierno paquistaní ha respondido a la insurgencia baluchi con una dura represión, en muchos casos recurriendo a tácticas violentas, como la desaparición forzada de jóvenes sospechosos de formar parte de grupos separatistas. Y a pesar de las peticiones de diversos sectores, Islamabad se ha negado sistemáticamente a negociar con los baluchis.
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