Asian Youth Day: la misión de los jóvenes en la compasión y la colaboración
La importancia de la manifestación de Yogyakarta como antesala del sínodo dedicado a los jóvenes en 2018. El Card. Patrick D’Rosario: “La Iglesia de Asia afronta problemas sociales, sobre todo la pobreza. Que los jóvenes católicos participen en su misión”. Los “frutos espirituales” de la AYD deben hallar una aplicación en la vida real de los jóvenes católicos.
Yogyakarta (AsiaNews) – Con la ceremonia de apertura y la solemne misa inaugural, hoy comienza el desarrollo de la fase central de la 7ma edición de la Asian Youth Day (AYD) de Yogyakarta (2 – 6 agosto), en la diócesis de Semarang (isla de Java). Para la ocasión, en el Jogja Expo Center (JEC) se llevó a cabo una conferencia de prensa a modo de presentación, que contó con la presencia de Mons. Ignatius Suharyo, presidente de la Conferencia episcopal indonesia (KWI); del Card. Patrick D’Rosario, presidente de la Comisión de jóvenes de la Federación de Conferencias episcopales de Asia (FABC); de Mons. Robertus Rubyatamoko, arzobispo de Semarang y presidente del Comité organizador.
Mons. Suharyo subrayó la importancia de dos aspectos que los jóvenes católicos tienen que afrontar para difundir el espíritu de la manifestación juvenil asiática. Éstos son la compasión y el trabajo en equipo, que los más de 2.000 participantes del AYD están llamados a poner en práctica para recoger los “frutos espirituales”, generados y experimentados a lo largo del encuentro con coetáneos provenientes de 22 naciones asiáticas.
“A estos dos principios fundamentales quisiera llamarlos ‘competencia ética’ –declaró el presidente de la KWI-. Si todos los ‘frutos espirituales’ de la AYD no hallan aplicación en la vida real de los jóvenes católicos, entonces ésta no habrá sido útil. Si estos ‘frutos espirituales’ no son puestos en práctica, la celebración de nuestra fe, el conocimiento de la Iglesia católica vivido entre sus jóvenes y su encuentro en Yogyakarta, no habrán tenido un impacto serio en la sociedad”.
Todos los jóvenes son exhortados por el obispo a plantearse algunas preguntas personales: ¿Cómo hago para asimilar la palabras de Dios y la alegría evangélica en mi vida? ¿Cómo hago para obtener inspiración de la Palabra de Dios? Y, por último, ¿Cómo puedo aplicar el espíritu de las palabras de Dios en mi vida personal?” Pero estas preguntas, agrega Mons. Suharyo, deben estar seguidas de un compromiso público. “En pocas palabras: ¿qué debemos hacer moral, espiritual y socialmente para que nuestra vida social se vuelva cada vez más digna y humanizada?”
El card. Patrick D’Rosario, de Dacca (Bangladesh) explicó a los presentes el contexto histórico en el cual se sitúa esta edición de la AYD. Él coloca la manifestación de Yogyakarta en el marco de dos eventos importantes. El primero, es la asamblea plenaria que la FABC ha tenido en Colombo (Sri Lanka) en 2016, durante la cual se conversó acerca de la Iglesia católica en Asia, de la vocación de los jóvenes y de su misión. El segundo evento es el Sínodo dedicado a los jóvenes, por iniciativa del Papa Francisco, en 2018. “La Iglesia católica de Asia –afirmó el cardenal- es una Iglesia local que se encuentra teniendo que afrontar muchos problemas sociales, sobre todo, la pobreza. Los jóvenes católicos son exhortados a participar en su misión. Es en este contexto que se sitúa la AYD”.
Como obispo de la diócesis anfitriona, Mons. Rubyatamoko luego habló sobre la ceremonia de inauguración del evento, la solemne celebración eucarística que hoy cuenta con la participación de más de 50 obispos (entre ellos, 6 cardenales) junto a cerca de 150 sacerdotes con-celebrantes y más de 940 chicos. A la ceremonia también asistirán altos funcionarios de gobierno. La AYD ha recibido un apoyo absoluto de las autoridades, a través de su presencia y a través de los permisos concedidos. “Nuestra ceremonia de clausura en la Air Force Academy también fue organizada con la ayuda del gobierno”. Por último, Mons. Rubyatamoko confirmó la participación de algunas organizaciones islámicas moderadas, que han ofrecido asistencia para la seguridad del evento. La Iglesia católica de Indonesia, el país islámico más poblado del mundo, es muy activa en el diálogo inter-religioso y suele involucrar a los musulmanes en sus iniciativas y actividades.