Ashgabat, musulmanes obligados a beber vodka y afeitarse la barba
La policía considera que beber alcohol y afeitarse la barba es señal de que las personas no son "terroristas" ni radicales wahabíes. La lucha contra los "extremistas religiosos" también incluye arrestar personas que rezan en su casa. En nombre de la prevención sanitaria, cerraron mezquitas y lugares públicos.
Moscú (AsiaNews) - En la provincia de Lebap, en Turkmenistán, la policía controla y reprime a los ciudadanos que observan las tradiciones islámicas, obligándolos a beber alcohol y afeitarse la barba, para demostrar que no son terroristas. Así lo informó ayer Radio Azatlik. Al parecer, estos controles siempre se realizaron, pero ahora la policía ha pasado a formas más capilares, recurriendo a las denuncias de ciudadanos que delatan a sus propios vecinos.
Un hombre de 30 años que reside en Farab, provincia de Lebap, y se hace llamar Didar, cuenta que "a mediados de la semana pasada, comenzaron a convocar a la sede de la administración local a los hombres de hasta 55 años que observan las costumbres islámicas, para realizar sesiones de reeducación. La policía se basa en denuncias de los ciudadanos que delatan a sus vecinos”. El corresponsal local de Radio Azatlik confirma que, hace unos días, la policía detuvo en la calle a algunos hombres que usaban barba acusándolos de ser "extremistas religiosos" y "wahabíes". Los arrestos se llevaron a cabo con modales bruscos, utilizando un vocabulario decididamente vulgar. El mismo Didar habría sido uno de los detenidos.
Sigue diciendo Didar: “Hacía varias semanas que no me afeitaba porque estaba muy ocupado. En realidad, mi barba solo se ve cuando me quito la mascarilla, que siempre llevo puesta por precaución, como todos. El miércoles pasado estaba caminando por una calle del centro cuando algunos policías se acercaron gritando que tenía barba y me llevaron a la comisaría. Me preguntaron si sigo tradiciones religiosas y si bebo alcohol habitualmente. El interrogatorio duró más de dos horas”.
También le preguntaron si entre sus conocidos había personas que observan las normas religiosas islámicas, y él respondió que no conocía a ninguna. "Después los policías me afeitaron, afirmando que mi rostro con barba de tres semanas no coincidía con la fotografía del pasaporte". Posteriormente, lo obligaron a beber un vaso de vodka, diciéndole: "Bebe, si no eres wahabí", y sin dar explicaciones lo obligaron a pagar una multa de 50 manat (12 euros), por la que no le entregaron recibo. Ese mismo día llevaron a la comisaría cerca de una decena de personas en situaciones similares a Didar.
Los corresponsales de Azatlik hablaron también de otro caso. El 22 de enero pasado, la policía de Farab irrumpió en una casa privada donde estaban reunidas 10 personas para la oración del viernes y arrestó a todos los presentes. Los detenidos fueron recluidos en celdas temporales de la jefatura de policía, acusados de "violación de las normas sanitarias de la cuarentena". Según un residente local, todavía no se ha decidido qué destino tendrán los detenidos.
En muchos países se están utilizando las medidas sanitarias como un medio de represión. Recurriendo a las regulaciones anti-coronavirus, las autoridades turcomanas han cerrado mezquitas y otros lugares públicos, aunque en realidad el poder político teme la propagación religiosa. Los funcionarios de la administración del velayat (provincia) de Lebap se negaron a dar explicaciones, al igual que los etrap (municipios) de Charjousk y Farab.
La prohibición de llevar barba no es explícita en ninguna ley, pero hace muchos años que se aplica por disposiciones verbales de los gobernantes del país, empezando por el presidente Gurbanguly Berdimuhamedov (fotos 3 y 4). En 2007 Berdimuhamedov sucedió al primer presidente postsoviético, Saparmirat Nyyazov, fallecido el año anterior.
El país tiene cerca de 6 millones de habitantes, de los cuales el 93% son musulmanes y el 5% cristianos de rito oriental.
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