Arzobispo de Yangún: Dese la unidad el camino para el bautismo de un "nuevo Myanmar"
Yangún (AsiaNews)- Es un invitación a "la unidad", el que lanzó mons. Charles Bo, arzobispo de Yangún, en el mensaje dirigido a los fieles durante las celebraciones del fin de semana en la catedral de Santa María, en ocasión de la "Semana de la unidad de los cristianos". Una admonición que no vale sólo para los católicos, protestantes y ortodoxos, sino se extiende hacia todas las religiones y a las diversas almas de una nación caracterizada por fuertes contrastes, sobre todo entre la mayoría budista y la minoría musulmana. Son de los días pasados los últimos incidentes de violencia en Myanmar, concentrados en el Estado de Rakhine, donde se ha registrado un ataque a un pueblo musulmán; existe además la campaña de un grupo de monjes para la aprobación de una ley parlamentaria que limita los matrimonios mixtos. El prelado se refiere al bautismo de Jesús en el Jordán y recuerda que también el País vive una renovación, caracterizada por "oportunidades y desafíos" que hay que recoger y explotar.
Con el reclamo a la exhortación: "Evangelii Gaudium" del Papa Francisco, mons. Bo pide a los fieles "mirar al mundo con los ojos de los más pobres y vulnerables". En una sola frase, comenta, el Pontífice ha sabido reclamar al "mensaje central" de la encarnación de "Cristo: "Que todos nosotros debemos renacer en el sufrimiento de los otros [...] oprimidos y marginados". Mons Bo recuerda las dificultades vividas por los cristianos birmanos, con la confiscación de los bienes e instituciones, junto a "pesadas restricciones" en la práctica del culto. "Hemos sufrido-agregó el prelado, en el mensaje enviado a AsiaNews- pero hemos sobrevivido"
En la tarea común de asistir a los enfermos y a los pobres, continúa mons. Bo, los cristianos pueden encontrar aquella "unidad" que supera "las diferencias teológicas y litúrgicas", mirando al rostro de Cristo en cinco diversas categorías de personas que tienen necesidad de ayuda y sostén. En primer lugar, recuerda el prelado a los emigrantes en Malasia, Tailandia,India; cuántos están obligados a vivir en centros de acogida después de escapar de las persecuciones; los evacuados en el País (más de 3 millones), sin casa ni asistencia
A estos se agregan las víctimas del tráfico de vidas humanas y los esclavos modernos del trabajo, del sexo "cuyo llanto silencioso" grita a la necesidad de una "atención pastoral y vuelta a casa. Están además los adictos a las drogas- un fenómeno en crecimiento- y las víctimas de las expropiación de los terrenos: la mafia de las tierras, cuenta Mons. Bo ha privado a las personas (en particular a los cristianos y a las minorías étnicas) de porciones enormes de tierras y propiedades. Por último, él lanza un pedido para que a la Iglesia birmana les sean restituidos los terrenos y las escuelas, para dar un nuevo impulso "al gran trabajo hecho [por los católicos] en el campo de la educación y de la salud" en Myanmar, como en muchas otras naciones.
