Arzobispo de Yakarta: Mary Jane es una víctima inocente, basta de condenas a muerte
Yakarta (AsiaNews)- Después de meses de pedidos e intervenciones públicos de la Iglesia católica indonesia, ahora el arzobispo de Yakarta, mons. Ignatius Suharyo inició a promover en primera persona una campaña para la moratoria de la pena de muerte en el país. Para el prelado, esa constituye una “ofensa a la dignidad humana”. Un problema que se volvió de total actualidad en estas semanas, con la inminente ejecución de 9 personas- en su mayoría extranjeros- condenadas por tráfico de droga. Entre éstas está la católica filipina Mary Jane Veloso, por cuya liberación se colocó también el campeón de box filipino Manny Pacquiao, que se encuentra en los EEUU para una pelea por el título mundial. En una intervención televisiva, él se dirigió al presidente Jokowi en nombre de sus conciudadanos, suplicando “de rodillas y de lo más profundo de mi corazón” de conceder “la clemencia” a Mary Jane y ahorrarle la vida.
En estas horas los ojos de los medios y periódicos de toda Indonesia están fijos en la isla de Nusakambang (la así llamada “Alcatraz indonesia”), en Java central, donde serán ajusticiados en las próximas horas 9 detenidos. En el comunicado oficial dirigido a todos los fieles de la arquidiócesis de la capital, mons. Suharyo pidió los esfuerzos de todos los ciudadanos para la cancelación de la pena capital del ordenamiento jurídico del país.
El prelado compuso una “especial plegaria” por la doméstica filipina y los otros detenidos en el brazo de la muerte, que pide a todos los sacerdotes recitar con una especial intención. “La Iglesia- afirma- está totalmente contra la pena de muerte”, retomando las palabras de Juan Pablo II en la Evangelium Vitae y en las enseñanzas de la doctrina católica.
La Comisión Justica y Paz de la Iglesia indonesia está comprometida en el tentativo de salvar la vida de una persona, cuya identidad por ahora se mantiene en secreto, condenada a muerte pero considerada inocente. Una cuestión similar a la de Mary Jane, en el brazo de la muerte-explica el prelado- si b ien no hayan “pruebas judiciales claras” de su culpabilidad. Es más, prosigue el prelado, de las informaciones surgidas en los últimos días aparece siempre más claro que la mujer de 30 años y madre de 2 hijos pequeños “no es una traficante, sino una víctima”. “Y fue arrestada por error”
Y mientras en Hong Kong se realizaron nuevas protestas de trabajadores migrantes indonesios y filipinos delante del portón de la representación diplomática de Yakarta, para que se detenga “aún en el último momento” al verdugo. En Nusakambang, se están ultimando los preparativos para la ejecución de grupo. En la isla-prisión ya llegaron las ambulancias con los ataúdes blancos vacíos. A medianoche, hora local, los prisioneros serán llevados a un descampado entre los árboles, con las manos y los pies atados. Delante del pelotón de ejecución podrán elegir sólo si ser vendados, estar de pie, arrodillarse o sentarse en espera de la descarga. Los 12 verdugos miran al corazón: sólo 3 con balas verdaderas.
Hasta la semana pasada entre los condenados a muerte hay también un francés, de 51 años, Serge Atklaoui; sin embargo, la intervención a último momento del presidente Francois Hollande, que amenazó retorsiones diplomáticas, logró sacarlo de la “lista negra”.