Arzobispo de Singapur: estén orgullosos de Jesús, luchamos por sus valores
En su mensaje por Pentecostés, Mons. William Goh reclamó a los fieles a estar orgullosos de Cristo y a comprometerse en primera persona en la sociedad, con renovado tesón: “No podemos permitirnos quedarnos como espectadores, mientras nuestra fe es desafiada, denigrada y ridiculizada”. El arzobispo evidenció también los límites de la Iglesia de la ciudad-Estado, de las congregaciones, “demasiado preocupadas en el hacer” y de los fieles, demasiado individualistas.
Singapur (AsiaNews) – Si ser singapurenses significa luchar por Singapur, “de la misma manera, si estamos orgullosos de ser católicos, debemos luchar por Jesús. Debemos hacer que Él sea conocido y amado. La Buena Noticia no puede permanecer escondida, sino que debe ser vista por los demás, de modo que los ilumine”. Es la tarea que ha encargado a los fieles de Singapur el arzobispo de la ciudad, Mons. William Goh, en el mensaje por Pentecostés. En la carta, el prelado hizo un balance de la actividad de la Iglesia en la difícil sociedad de la ciudad-Estado, tan a menudo sorda a los reclamos de la fe, describiendo límites y responsabilidades de los fieles a título individual.
El primer llamado que Mons Goh hace es a la unidad de la sociedad: “Aquello de lo cual el mundo tiene más necesidad en este momento es la unidad”, pero “no puede haber unidad sin amor, y no puede haber amor si éste no está fundado en la verdad. Entonces, ¿dónde podemos encontrar la verdad?”. La respuesta de la Iglesia al deseo de verdadera unidad, escribe el arzobispo, “es el Espíritu Santo que nos conduce a Jesús, plenitud de la verdad”. Por este motivo, “estar orgullosos de Cristo significa ser todavía más patrióticos como ciudadanos”, y “los cristianos son llamados a desempeñar un rol activo en la sociedad, para construir una unidad que no sea superficial, como lo es la que conecta al mundo de hoy”.
Según Mons. Goh, “los católicos deben estar dispuestos, como individuos, a hablar de su fe y a luchar por ella y por lo valores católicos. Hoy en día hay muchos instrumentos que posibilitan esto: Internet, Facebook, los blogs, Twitter y los medios masivos de comunicación. No podemos permitirnos permanecer como espectadores, haciéndonos a un lado, en tanto nuestra fe es desafiada, denigrada y ridiculizada”.
“Pero antes de poder hacer todas estas cosas –advierte el obispo- debemos ser educados en la fe”. Y es aquí que Mons. Goh describe todos los límites de la comunidad católica singapurense: “Nuestro conocimiento de la fe y de las enseñanzas de la Iglesia es débil y superficial: menos del 10% de las congregaciones están involucradas en el servicio de la Iglesia”. Además, “éstas suelen estar demasiado preocupadas en el “hacer”, y no tienen tiempo para la formación espiritual y doctrinal”.
El arzobispo prosigue describiendo el “poco sentido de comunidad” que tienen las personas que asisten a la misa dominical, y la tristeza que deriva de los laicos y religiosos, que no se expresan a favor de la fe o que la traicionan por dinero. Al mismo tiempo, Mons. Goh pone en guardia sobre el hecho de ser “demasiado juzgadores. En este Jubileo de la Misericordia, se nos recuerda el Evangelio de la compasión y del perdón”. “Nosotros luchamos por Jesús –concluye el prelado- y no para condenar a los demás, sino para testimoniar una plenitud de vida, de verdad y de amor”.
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