Arzobispo de Gwangju: La familia coreana va hacia la ruina, del Sínodo se necesitan respuestas

Según mons. Igino Kim Hee-jong, el núcleo familiar "es la base de la paz social y como consecuencia de la paz mundial. La economía deshumanizadora y la carrera al suceso están destruyendo todo". A causa de esta situación, también las relaciones entre las dos Coreas van empeorando: "Seúl y Pyongyang traicionan los ideales de paz y de reconciliación de nuestra población".

Gwangju (AsiaNews)- La familia, base de la paz social y por lo tanto de la paz mundial, "se va desintegrando a causa del egoísmo, del consumismo y del deterioro de los valores tradicionales. De Sínodo apenas concluido y el del próximo año, espero medidas realísticas y substanciales, antes de que sea demasiado tarde". "lo dice a AsiaNews el arzobispo de Gwangju, mons. Igino Kim Hee-jong, que agrega: "Necesitamos respuestas también para el conflicto inter-coreano, que sigue empeorando".

Según el prelado, Corea del Sur tiene diversos problemas, primero entre todos, el deterioro de la familia: En el pasado, nuestro país tenía una bellísima tradición familiar: los parientes se ayudaban entre ellos y los padres eran asistidos con devoción, gracias a la estructura ensanchada del núcleo familiar. Sin embargo este sistema se está destruyendo a causa del desarrollo industrial demasiado rápido y del crecimiento económico y deshumanizador. Por todos lados hay instrumentos de alta tecnología, y los jóvenes piensan sólo en el trabajo. Con este background, el núicleo familiar se va perdiendo".

La situación, subraya, "es más seria de cuánto la gente piensa. El número de ancianos que viven solos superó el año pasado el millón, y esto representa un aumento del 25% respecto a los datos del 2006. Este crecimiento vertical se puede sin duda atribuir a la rápida desintegración de las familias y al envejecimiento de la población. En este contexto social que podríamos definir "economista", las comunidades de base caen y los divorcios aumentan-son olvidados, y nuestra sociedad se vuelve una sociedad siempre más competitiva y egoísta".

En este sentido, agrega, el Sínodo sobre la familia, apenas concluido y el que está previsto para octubre de 2015, "debería proponer al mundo medidas realísticas y substanciales a favor de la familia, restableciendo en el contexto el valor de las comunidades familiares y del significado del matrimonio. Sólo de este modo podremos realizar nuevamente el hecho que la paz de las familias es la paz de la sociedad. O sea la base de la paz mundial".

El tema de la paz es muy sentido en la península, todavía formalmente en guerra y dividida en dos después del conflicto de 1950. También por qué, subraya mons. Kim, "las relaciones entre las dos Coreas están empeorándose. El motivo es que sea Seúl que Pyongyang no confían en el interlocutor, y que ambas se sienten más fuertes que la otra. Y por lo tanto no quieren hacer concesiones. Desde mi punto de vista, poner la fuerza bruta o el orgullo antes que el beneficio recíproco y del futuro de la población representa una traición en relación con la población, que quiere realmente ver la paz y la reconciliación entre el Norte y el Sur. No se deben olvidar las complicadas y dinámicas razones políticas y geo-políticas que mueven las 4 potentes naciones que rodean a Corea. Son un factor de esta ecuación".

En este ámbito, concluye, "la Iglesia debería hacer más esfuerzos para mejorar las relaciones y el diálogo entre las dos naciones. Ciertamente enviamos ayudas humanitarias a los nord-coreanos a través de diversos canales, pero considero que esto no sea suficiente. El gobierno ha puesto demasiadas restricciones a esta cuestión, y por lo tanto pienso que se no esté haciendo los suficiente para la reconciliación. Como católicos y como Iglesia, debemos hacer lo mejor posible para ayudar en esta situación, sobre todo a la población". (VFP).