Arrestado por rezar, un cristiano laosiano muere en la cárcel sin atención médica
Vientián (AsiaNews) – Nuevo caso de persecuciones anti-cristianas en Laos, donde la minoría cristiana ha sido recientemente objeto de ataques y arrestos. El último caso se trata de un hombre que murió en prisión, a causa de complicaciones derivadas de la diabetes, y por la reiterada negativa de las autoridades carcelarias a brindarle atención médica, no obstante el evidente deterioro de sus condiciones de salud. El Sr. Tang, fiel del pueblo de Huey, en el distrito de Atsaphangthong, provincia de Savannakhet, tuvo que pagar con su vida el arrinconamiento que Vientián está ejerciendo contra las religiones (y en particular contra la religión cristiana).
Como refiere la ONG Human Rights Watch Lao Religious Freedom (HRWLRF), Tiang, casado y padre de seis hijos, fue condenado a nueve meses de prisión por el Tribunal popular de Savannakhet. Él había presentado un recurso de apelación, pero las autoridades aún no habían examinado el caso, no obstante habían prescripto los plazos previstos por la ley.
Ya desde sus primeros días en la celda, sus condiciones de salud comenzaron a deteriorarse; por este motivo había presentado un pedido para obtener atención médica, el cual fue siempre rechazado por las autoridades penitenciarias del lugar.
El caso se remonta al mes de febrero pasado, cuando Tiang fue condenado – junto a cuatro cristianos más – a nueve meses de prisión por “abuso de la profesión médica”, sumado al pago de una onerosa multa. En realidad el grupo se había reunido para visitar a una mujer enferma, que estaba en fase terminal hace cinco años (y que luego murió), y para rezar por su curación.
Para las autoridades laosianas fueron los cristianos quienes provocaron el deceso de la mujer, y por esta razón fueron arrestados y condenados. Para los jueces, de hecho, la oración equivaldría a un “tratamiento médico” y, en tanto su resultado ha sido ineficaz (o peor aún, dañino), debe ser castigado por la ley.
Activistas y grupos a favor de los derechos humanos reclaman al gobierno laosiano que intervenga y castigue a los responsables de la cárcel –cuya conducta provocó la muerte de Tiang – y piden la liberación inmediata de las otras cuatro personas que continúan en la cárcel, a pesar de ser inocentes.
En las últimas semanas, en Laos se han reiterado los episodios de violencia y las persecuciones contra los fieles, tanto a título individual como contra comunidades cristianas enteras. A principios de septiembre, un pastor protestante murió durante un intento de secuestro, en el cual habría estado involucrado incluso un agente de policía. Anteriormente, dos responsables de una comunidad fueron arrestados tras ser acusados de “difundir la religión cristiana”.
Desde el ascenso de los comunistas al poder en 1975, y la consecuente expulsión de los misioneros extranjeros, la minoría cristiana de Laos es sometida a controles exhaustivos además de los límites impuestos a la práctica del culto. Sobre una población total de 6 millones de habitantes, el 67% profesa el budismo, mientras sólo aproximadamente el 2% es cristiana, y sólo el 0.7% es católica.
Los casos más frecuentes de persecuciones de trasfondo religioso se concentran en la comunidad cristiana protestante: en el pasado reciente AsiaNews documentó casos de campesinos a quienes se los privó de alimentarse por profesar su fe, y de pastores que fueron arrestados por las autoridades. Las medidas se agudizaron aún más a partir de abril de 2011, cuando se llevó a cabo una violenta represión de la protesta promovida por algunos grupos pertenecientes a la minoría étnica Hmong.